El pleno del Cabildo de Gran Canaria aprobó este viernes, con 26 votos a favor y una abstención, la adaptación del Plan Insular de Ordenación (PIO) a las Directrices de Ordenación General y del Turismo, así como las modificaciones sustanciales provenientes de la estimación de alegaciones ciudadanas, un nuevo texto en el que ha trabajado la Institución insular que descarta el gas de su modelo energético, para el que amplía las zonas para plantas eólicas y fotovoltáicas.
El documento elevado este viernes a pleno recoge el 80 por ciento de las alegaciones presentadas al texto anterior y también incluye la adaptación a sentencias de años anteriores que han creado jurisprudencia.
El texto determina, además, las áreas de acampada, que reúnen requisitos en cuanto equipamiento y dotaciones para garantizar la correcta prestación de los servicios. Una de las novedades que introduce es la contemplación de los “glamping”, estructuras provisionales pero más permanentes que una tienda de campaña para un turismo de naturaleza de alta calidad, diseñadas con tipologías muy diversas y sin intervención en el entorno, pues no requieren de cimentación ni urbanización, y se pueden desmontar en cualquier momento.
Entre las modificaciones sustanciales introducidas se encuentra la nueva definición de las zonas dedicadas a la actividad agropecuaria, en consonancia con la apuesta del Cabildo por la Soberanía Alimentaria, por lo que las zonas destinadas a la actividad del sector primario quedan ampliadas en 8.280 hectáreas más.
Al delimitar mayor espacio para cultivos y ganadería, tanto intensiva como extensiva, el plan deriva hacia una nueva normativa y un renovado cuadro de usos que suponen una novedad de suficiente calado como para conllevar la apertura de un nuevo plazo de exposición a la ciudadanía, que podrá presentar las alegaciones que estime convenientes.
Otra de las modificaciones consiste en la mayor atención que el planeamiento hace de las zonas periféricas de las ciudades y núcleos urbanos, emplazamientos que hasta ahora han estado repletos de actividades residuales pero que adquieren un valor destacado como espacios de respiro para las urbes.
Asimismo, el texto recoge la mayor sensibilidad que el Cabildo reconoce hacia 16 áreas de alta fragilidad, tanto en el interior como en el litoral de la Isla, con medidas específicas para cada zona natural que atienden a sus características concretas con el objetivo de garantizar su conservación.
Crecimiento hacia las zonas vacías
El Plan insta a los ayuntamientos, como primera opción al crecimiento de las ciudades, a ocupar las zonas vacías o las franjas junto a sus límites después de aplicar determinados criterios para organizar las nuevas actuaciones.
Otra forma de crecimiento consiste en la renovación urbana que combine la mayor cantidad de población con la liberación de suelo para espacios libres y dotaciones, de forma que la nueva carga impuesta a los propietarios les sea compensada con aumentos de aprovechamiento, de acuerdo con lo previsto en la legislación estatal. Hasta ahora se hablaba de renovación solo referido al turismo, sin embargo el Cabildo apuesta por sumar este concepto al resto de las construcciones.
El documento plantea también la renovación mediante la extracción de los usos no compatibles con el tejido residencial como los industriales o de servicios que, debido al crecimiento de las ciudades, han dejado de estar ubicados en la periferia de las urbes para pasar a ser absorbidos por los núcleos poblacionales.
Esta opción beneficia tanto a los vecinos, que ganan este espacio y evitan algunas molestias, como a estos usos, que padecen las consecuencias de estar integrados en zonas residenciales en las que no cuentan con las conexiones y servicios que necesitan.
Con esta segunda opción, el Cabildo pretende, además, luchar contra los procesos especulativos surgidos en torno a los cambios en el planeamiento por los que suelos que hasta ahora eran rústicos pasan a ser urbanizables, mientras que otros vecinos cercanos siguen con su calificación antigua.
Con la exigencia de reforzar la conexión e incrementar los equipamientos y espacios libres de los barrios o núcleos poblacionales, el Cabildo de Gran Canaria apuesta asimismo por la creación de nuevas áreas de centralidad dentro de las propias ciudades, en las que la ciudadanía pueda encontrar los recursos y equipamientos que demande en cada momento sin que sean necesarios sus desplazamientos a otros barrios o municipios.
Más superficie para cultivos marinos
La superficie para cultivo de algas queda multiplicada por cinco en el nuevo PIO y pasa de 3,9 a 16,7 hectáreas de terreno, un impulso a esta actividad que podrá suponer, además, la introducción de técnicas de dulceacuicultura, que consiste en el cultivo de algas en agua dulce.
De esta forma, el reto para los próximos tres años es convertir a Gran Canaria en un polo de investigación y experimentación, así como de servicios avanzados en el área de cultivos marinos y la biotecnología marina, la denominada economía azul.
El PIO saldrá a exposición pública durante dos meses a partir de la publicación del anuncio, plazo al que se suma el mes de agosto, casi tres meses en los que la ciudadanía podrá consultarlo y realizar las alegaciones que estime oportunas para, tras ello, volver a ser sometido al pleno para su aprobación provisional y su remisión al Gobierno canario para su aprobación definitiva.