El Iberostar Tenerife dio este domingo un nuevo golpe sobre la mesa para sacar a relucir su buen momento de forma y firmar un nuevo triunfo de prestigio. El grupo de Txus Vidorreta enhebró su cuarta victoria consecutiva, a costa del potente Laboral Kutxa Baskonia (93-80), actual Top 8 de la Euroliga, con otro gran ejercicio colectivo forjado a base de una explosiva suma de argumentos, que vivió su éxtasis con un segundo cuarto de ensueño (28-8).
El trabajo coral de todos los aurinegros (cinco jugadores en dobles dígitos de valoración), la búsqueda siempre del compañero mejor situado para tirar con criterio (18 asistencias), su superioridad en el rebote, un gran equilibrio entre robos y pérdidas (11 y 8) y el espaldarazo de una afición otra vez enorme, explican en parte la victoria de los tinerfeños ante el conjunto de Velimir Perasovic.
No fue fácil imponer su sello para el Iberostar Tenerife, que pese a su buena puesta en escena (7-2, tras triple de Abromaitis), sufrió pronto la gran batería de recursos de los vitorianos. Los triples de Bertans, James y Corbacho; y el juego generado desde el poste bajo por Bouroussis, permitían a los visitantes coger pequeñas rentas en el electrónico (17-19, 9’); si bien el Canarias aguantó el tipo y no perdió nunca la paciencia.
Es más, los aurinegros mantuvieron el pulso con el buen hacer de sus rotaciones. Las acciones interiores de Jones o Hanley junto a un triple sobre la bocina del primer cuarto de Davin White (23-21, 10’) mandaron el primer aviso serio a navegantes. Un 8-0 al inicio del segundo cuarto (32-21) y la posterior irrupción de un Nico Richotti on fire (35-23) metían en serios problemas a un Baskonia entonces sin argumentos para frenar a un rival, el de Vidorreta, que apretaba atrás y corría cada vez que podía.
Los tinerfeños pusieron entonces velocidad de crucero y se hicieron aún más fuertes desde el colectivo. El pase extra hizo añicos la defensa visitante y el público enloquecía con los suyos. En esa dinámica, rumiando siempre las jugadas para buscar al compañero mejor colocado, los canaristas firmaron un parcial de ensueño, un 16-0, que les permitía irse al descanso con 22 arriba y la afición en una nube.
Tras la pausa, el Laboral Kutxa tiró de orgullo para intentar meterse a toda costa en el encuentro, pero se tropezó entonces con un adversario muy serio. El oficio de Jones en la pintura, con seis puntos consecutivos, y el buen tono general de los aurinegros en los dos lados de la pista, contrarrestaba cualquier amago de reacción vitoriana. Y eso que Darius Adams fue progresivamente enseñando su calidad para anotar desde la larga distancia y en penetraciones.
La remontada visitante no encontró la continuidad necesaria, entre otras cosas, porque su faro, el griego Ioannis Bouroussis se desquició por momentos y fue eliminado, técnica incluida, desde el minuto 27. El Canarias soportó las embestidas del rival y aportó argumentos para seguir opositando con merecimiento a la victoria. Sin el heleno en pista, Blagota Sekulic hurgó en la herida y pudo con Planinic; Rodrigo San Miguel fue de menos a más y apareció en momentos decisivos; Javier Beirán sumó desde la sombra y en distintas facetas; White volvió a anotar un triplazo cuando más falta hacía y la afición sujetó a los aurinegros en los momentos más delicados.
En esa línea, los de Vidorreta administraron su valiosa renta con inteligencia y Richotti terminó de sellar el triunfo desde el 4,60, ya con un Santiago Martín en estado de euforia. Los tinerfeños sellaron así su cuarta alegría consecutiva y dejaron claras sus intenciones de enfilar la recta final de la temporada con la máxima ilusión posible y los puestos de privilegio en un horizonte cada vez más cercano.