Si pensamos en una persona con autismo nos viene directamente a la mente la imagen de un niño que apenas se relaciona con las demás personas, que es muy repetitivo en sus conductas y que apenas es cariñoso con sus familiares. Pero este trastorno puede tener miles de variantes y grados. Además, no sólo hay niños con autismo, también hay personas adultas con autismo.
Como reina una imagen generalmente errónea o insuficiente sobre este trastorno, el presidente de la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI), Marcos Zamora, aclara a Infosalus cuáles son las dudas más frecuentes sobre lo que se conoce como los 'Trastornos del Espectro Autista' (TEA):
. ¿Es una enfermedad? El autismo no es una enfermedad, aunque en muchas ocasiones puede verse asociado a diferentes tipos de trastornos (neurológicos, fisiológicos, mentales, entre otros), que acentúan las dificultades que la persona puede sufrir en relación a su adaptación y participación social.
. ¿En qué consiste? Se trata de una condición que afecta al modo en el que una persona ve el mundo, procesa la información y actúa recíprocamente con otras personas. A estas personas les resulta difícil entender las relaciones sociales, comunicarse y actuar de forma imaginativa. Aunque un grupo de personas con TEA tiene dificultades de aprendizaje, otros tienen capacidades intelectuales iguales o superiores a la media.
.¿Qué lo caracteriza? En la actualidad, el autismo se define como un trastorno del desarrollo que se caracteriza, de forma genérica, por: unas alteraciones en las competencias sociales, que dificultan el establecimiento de relaciones interpersonales y la participación social; por alteraciones en las habilidades de comunicación verbal y no verbal, asociadas frecuentemente a problemas, por la capacidad de expresarse, comunicarse socialmente y compartir sus pensamientos y emociones; y a un ámbito muy restringido de intereses y actividades, que se traduce en comportamientos repetitivos, así como en conductas perseverantes que implican dificultades para afrontar los cambios, y ajustarse de forma flexible a lo que la situación requiere.
.¿A qué es debido? Parece claro que hay fundamentos genéticos en el autismo, pero, contrariamente a lo que ocurre, por ejemplo, con otras alteraciones que presentan una base genética claramente identificada, como el Síndrome de Down, no puede establecerse que sean los mismos en todos los casos. Parecen que existen diferentes genes implicados en diferentes tipos de Autismo y que todo esto se ve afectado por factores ambientales que alteran la genética.
Tratamiento: La atención temprana es la mejor herramienta para mejorar la calidad de vida y el desarrollo de estas personas, de forma que se minimizan todas las barreras sociales y comunicativas que el trastorno presenta. Además, a lo largo de la vida son vitales las intervenciones psicoeducativas en sus habilidades sociales y comunicativas, no sólo desde la escuela, sino también desde casa.