Kirian Rodríguez fue la novedad principal en el once de la UD Las Palmas que visitó el estadio El Alcoraz. El tinerfeño no estaba en la fotografía inicial de un encuentro desde el pasado 3 de febrero, en partido de Liga frente al Girona en Montilivi.
Las Palmas abordó el encuentro con la paciencia ya mostrada en situaciones precedentes. El Huesca situó a abundantes efectivo en el rectángulo de juego visitante, con una presión que con evidencia quería dificultar las maniobras iniciales de los amarillos.
Durante la primera media hora el partido se mantuvo con mucho hermetismo, con dos disparos muy altos del equipo aragonés y una llegada de Ale García, con un balón centrado al área que pasó por detrás de la posición de remate de Milos Lukovic.
El encuentro parecía bajo absoluto control canario cuando el cuero se distribuía entre las botas isleñas. Con esa serenidad, Las Palmas lograba alejar al Huesca del área de Dinko Horkas, obligando a un trabajo de desgaste a los futbolistas que perseguían la presión.
Las Palmas apenas tuvo presencia en el área aragonesa en la primera parte, sin poder romper las vigilancias defensivas del Huesca. Y mucho menos encontrar un balón en posiciones óptimas para el remate.
Cuando parecía que la tregua del partido iba a registrar las tablas iniciales, una jugada por la derecha del Huesca acabó en las redes de Horkas tras un remate con la testa de Enol. El delantero picó el balón y lo alejó de la posición del portero croata.
En 22 segundos de la reanudación Las Palmas trató de cambiar la cara al partido. Fue el tiempo que emplearon los amarillos para crear una jugada y propiciar el primer disparo con peligro, obra de Kirian desde fuera del área. El cuero se fue cerca de un poste oscense.
Iván Gil y Ale García fueron los siguientes atacantes amarillos que remataron en los minutos, en una segunda parte que tenía otro rostro futbolístico. Las Palmas movió el banquillo, modificó su sistema, ganó el balón y por fin el decorado del escenario era reconocible.
Hubo que esperar hasta el minuto 78 para celebrar el tanto del definitivo empate, obra de Milos Lukovic. El joven serbio terminó una jugada que habían iniciado Barcia y Ale García. El delantero firmó un gran disparo desde una esquina del área que acabó colándose a media altura junto al poste.
En la recta final ambos equipos tomaron muchas precauciones. El laborioso empate se había logrado con mucho esfuerzo, aunque en el último instante Jaime Mata pudo rematar forzado y sin precisión.