La Dirección General de Tráfico (DGT) ha anunciado el lanzamiento de una nueva campaña de vigilancia y control sobre el consumo de alcohol y otras drogas en la conducción, que se llevará a cabo del 14 al 20 de julio. Esta iniciativa contará con la colaboración de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, así como de diversas policías autonómicas y municipales.
Durante esta semana, se intensificarán los controles tanto en las vías interurbanas como en las urbanas, con el objetivo principal de prevenir siniestros viales relacionados con el consumo de sustancias, uno de los factores más críticos en la mortalidad en carretera.
Datos alarmantes sobre siniestralidad
En 2023, un total de 246 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico donde el alcohol fue un factor concurrente, lo que representa el 26% de los siniestros mortales registrados. Además, el alcohol estuvo presente en el 13% del total de incidentes reportados, posicionándose como la segunda causa más común de siniestralidad vial, solo detrás de las distracciones y por delante del exceso de velocidad.
Efectos del alcohol en la conducción
El consumo de alcohol antes de conducir es uno de los principales factores que incrementan el riesgo en la siniestralidad vial. Este depresor del sistema nervioso central afecta funciones esenciales para una conducción segura, tales como la percepción, el tiempo de reacción, la coordinación y la capacidad para tomar decisiones adecuadas. A menudo, los conductores subestiman su estado y creen tener el control cuando su organismo ya está sufriendo alteraciones que aumentan considerablemente el riesgo de accidente.
Consecuencias del consumo
Uno de los efectos inmediatos del alcohol es la reducción del tiempo de reacción. Esto implica que ante situaciones imprevistas en la vía —como la aparición repentina de un peatón o un frenazo inesperado—, el conductor tarda más en reaccionar. Este retraso puede ser crucial para evitar un accidente. Además, se suma una tendencia a subestimar tanto su propia velocidad como la de otros vehículos, junto con una mayor dificultad para evaluar distancias y tomar decisiones adecuadas.
A medida que aumenta la tasa de alcoholemia, estos efectos se agravan notablemente, según indican estudios recientes sobre este tema.