La Unión Europea ha avalado que las aerolíneas cobren por el transporte de maletas de cabina tipo trolley. La reforma, aprobada por el Consejo de la UE, limita el equipaje gratuito a un pequeño bulto que quepa bajo el asiento, generando un fuerte retroceso en los derechos del consumidor.
Golpe a los derechos de los pasajeros aéreos en Europa. El Consejo de la Unión Europea ha aprobado este jueves la reforma del Reglamento de Derechos de los Pasajeros, una decisión que permite a las aerolíneas cobrar por el equipaje de mano tipo trolley y limita la gratuidad al denominado “bulto personal” que debe caber bajo el asiento delantero.
La medida ha sido celebrada por la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que defiende que la reforma "aporta claridad normativa" y reducirá la litigiosidad en los tribunales, especialmente en España, donde hasta ahora los jueces habían fallado en varias ocasiones contra la práctica del cobro por maletas de mano.
El nuevo texto fija dimensiones mínimas gratuitas de 40x30x15 centímetros del equipaje de mano, obligatorias para todas las compañías, pero abre la puerta a que cualquier bulto que deba colocarse en los compartimentos superiores pueda conllevar un coste adicional. Esto supone un retroceso en los derechos previamente reconocidos y cuestiona principios como el del transporte razonable de pertenencias sin sobrecoste en cabina.
CAMBIOS EN COMPENSACIONES POR RETRASOS
La reforma incluye también una modificación del régimen de compensaciones por retrasos. Elevando los umbrales mínimos para indemnizaciones a 4 y 6 horas, según la distancia del vuelo. Además, las cuantías se reducen: 300 euros para retrasos de más de 4 horas en trayectos de hasta 3.500 km, y 500 euros para vuelos de larga distancia con más de 6 horas de demora.
ESPAÑA SE POSICIONA EN CONTRA
El acuerdo ha sido aprobado por mayoría cualificada, pero ha contado con el voto en contra de España, Alemania, Eslovenia y Portugal. El Gobierno español ha considerado que la definición de equipaje gratuito es excesivamente restrictiva. "Puede derivar en que los pasajeros tengan que pagar incluso por bultos pequeños, aunque puedan ir perfectamente en cabina".
Con la aprobación del texto por parte del Consejo, el reglamento pasará ahora al Parlamento Europeo, que podrá ratificarlo, enmendarlo o rechazarlo. Se abre así una fase clave de negociación en la que eurodiputados y gobiernos. Aún podrán introducir cambios para suavizar una normativa que, de momento, favorece claramente a las compañías aéreas frente a los consumidores.