En los próximos días, si los datos tomados hoy lo corroboran, se darán por concluidas las obras de refuerzo del Guiniguada y se permitirá el paso sin restricciones a todos los vehículos pesados.
La Consejería de Obras Públicas e Infraestructuras, Arquitectura y Vivienda del Cabildo de Gran Canaria, que dirige el vicepresidente Augusto Hidalgo, ha culminado durante la mañana de hoy con éxito la prueba de carga con más de 30 camiones cargados circulando al unísono sobre los dos puentes del viaducto del Guiniguada, en la Circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria (GC-3), para certificar que la estructura del viaducto ha recuperado toda la resistencia tras las obras de reparación que el Cabildo ha estado ejecutando en los últimos tres años. Debido a la complejidad de esta maniobra, ha sido necesario cerrar al tráfico al completo el tramo de la Circunvalación que va desde Barranco Seco hasta La Paterna, desde la noche del viernes. Finalmente, a las 10:30 horas de hoy se abrió el puente en sentido norte, y sobre las 14:30 se pretende abrir el que va en dirección sur, y restablecer de esta forma todo el tráfico en la Circunvalación.
El vicepresidente Augusto Hidalgo ha supervisado hoy la maniobra de la prueba de carga en la que se ha sometido al puente a pruebas para resistir el peso de 30 camiones cargados con 33 toneladas de material cada uno, es decir, un peso global cercano a las mil toneladas. Durante la maniobra también ha estado presente el director facultativo de la obra de emergencia, y reconocido ingeniero de estructuras, José Antonio Llombart, que ha recogido los datos que un operativo formado por varios topógrafos repartidos en diferentes localizaciones del viaducto ha tomado de toda la operación de prueba de carga.
“Estamos en el período final de esta obra de reparación de la estructura del viaducto, y lo hemos hecho cumpliendo los plazos anunciados hace unos meses, realizando esta prueba de carga, ya definitiva, en ambos puentes”, explicó Augusto Hidalgo, “Hasta ahora, los parámetros, según dicen los técnicos, están respondiendo muy bien, mucho mejor incluso de lo que se esperaba. Se está demostrando, por los datos recogidos en ambos puentes, que la dureza del hormigón es óptima y los parámetros que se tenían de margen para la deformación de la estructura que pudiera generar el peso de los camiones, están muy por debajo de los que se tenían previstos, por tanto, toda la obra de refuerzo que hemos hecho en los últimos tres años ha respondido muy bien”.
La prueba de carga ha consistido en aplicar sobre la estructura de los dos puentes del viaducto cargas controladas para comprobar su comportamiento real y verificar que cumple con los criterios de seguridad y funcionalidad establecidos previamente en el proyecto. Para lograrlo se han colocado sobre cada uno de los dos puentes los 30 camiones cargados, en diferentes posiciones de carga definidas previamente, simulando varios escenarios de carga (máxima carga en vano central, cargas asimétricas, etcétera). Se han realizado cuatro escenarios de carga en cada estructura y en cada uno de los escenarios de carga se han medido con topografía las deformaciones que se puedan haber producido en la estructura, y se compararán los resultados con los valores teóricos previstos en el proyecto.
Con esos datos recabados hoy, Llombart y su equipo esperan certificar en los próximos días que todos los trabajos de refuerzo de la estructura a base de tendones de acero y una pieza extradosada, han sido fructíferos y, por tanto, declarar el fin de estas obras de emergencia y levantar las restricciones de paso que existen actualmente para vehículos pesados por el puente de la calzada que dirige el tráfico al sur de la isla.
“Estamos terminando la última fase y en los próximos días sabremos si todos los cálculos de resistencia han sido satisfactorios con el fin de levantar todas las restricciones de tonelaje para travesar este viaducto, y por tanto, podamos abrirlo a todo el tráfico, lo cual liberará a Julio Luengo de gran parte del tráfico en vehículos de alto tonelaje que soporta hoy. Esta obra de reparación se ha diseñado y ejecutado con la idea de que tenga como mínimo un siglo de de vigencia, es decir, como si el viaducto lo hubiéramos construido hoy mismo. Esa es la garantía que van a tener los ciudadanos”, añadió el vicepresidente Hidalgo.
Todas estas tareas forman parte de las obras de emergencia para reforzar la estructura del Viaducto integrado en la Circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria (GC-3), que ejecuta el Cabildo con una inversión cercana a los 11 millones de euros a través de la empresa especializada Freyssinet.
Esta obra vivió un momento destacado el verano pasado con la colocación de un puntal de 25 toneladas de acero bajo el puente del lado tierra (dirección sur), el más afectado por la rotura de los tendones de acero con los que se construyó hace 20 años. Desde entonces hasta ahora se han estado instalando los últimos cuatro tendones de cables de acero que atraviesan el interior de este puente hasta salir al exterior en el vano central para apoyarse en esa pieza de acero y conformar así un refuerzo extradosado con una fuerza ascensional permanente de 574 toneladas sobre el tablero por el que circula el tráfico en dirección al sur de Gran Canaria.
Durante la ejecución de estos trabajos se ha ido comprobando con numerosos cálculos el funcionamiento del sistema ejecutado, con resultado satisfactorio, comprobándose mediante resultados teóricos que el Viaducto del Guiniguada ha recuperado su capacidad estructural como si se tratase de un viaducto recién construido.
“Lo realmente insólito, y yo creo que hay que agradecerlo a los técnicos e ingenieros que han diseñado este proceso de rehabilitación, es que se ha estado trabajando mientras estaban operativos los dos viaductos. La gente no era consciente de que mientras pasaba por encima del viaducto se estaba trabajando dentro y siempre con absolutas medidas de seguridad y garantizando que la seguridad estaba al cien por cien y que no había ningún peligro para los usuarios”, concluyó Augusto Hidalgo, “si se hubiera tenido que cortar el tráfico del viaducto durante semanas o meses por esta obra hubiera sido catastrófico desde el punto de vista de la movilidad para la isla de Gran Canaria y para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Eso es algo que podía haber ocurrido si no hubiéramos actuado a tiempo, como ha ocurrido en otros puentes de Europa. Pero reitero, en nuestro caso, desde el minuto uno, desde que se detectaron los desperfectos, actuamos para repararlos y lo hemos solventado en un plazo razonable de tiempo”.