La amenaza se suma a los 800.000 asientos recortados este verano y al millón de plazas ya anuladas de cara a la temporada de invierno, en protesta por el incremento del 6,5% en las tarifas de Aena. Ryanair reclama al Gobierno español —propietario del 51% de Aena— una reducción de las tasas en aeropuertos regionales, con el argumento de hacerlos "más competitivos".
Desde el Ejecutivo, sin embargo, consideran que se trata de un “chantaje”. Fuentes gubernamentales recuerdan que el alza de las tasas equivale a 0,68 euros por pasajero, frente al encarecimiento medio del 21% de los billetes de Ryanair en el último año. La compañía, que obtuvo 820 millones de euros de beneficio en el primer trimestre fiscal, estaría buscando únicamente “ganar aún más dinero”.
El ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, ha endurecido el tono contra la compañía irlandesa, con la que mantiene una relación conflictiva tras la multa de 107 millones de euros por prácticas “abusivas”. Bustinduy calificó la estrategia de Ryanair como “una campaña de intimidación, de señalamiento, de mala educación y, últimamente, de chantaje abierto al Gobierno de España” con la que no lograrán “amedrentarle”.
La aerolínea ya ha anunciado el cierre de su base en Santiago de Compostela, la cancelación de todos los vuelos a Vigo y Tenerife Norte, así como una reducción de operaciones en Asturias, Santander, Zaragoza y Canarias. Estos recortes se suman a los ya aplicados en Jerez y Valladolid, donde Ryanair dejó de operar este verano.
Según cálculos del sector, si otras aerolíneas no asumen las rutas abandonadas, el recorte total de capacidad aérea en España podría alcanzar el 16%.