Espero que la página de hoy sirva para algo más que soportar esa especie de contorsiones de letras, innecesarias, con las que suelo castigar a los lectores pacientes.
Deseo que la página de hoy sea portadora de un reclamo, necesario, persistente, que se está haciendo oír por toda España, con fuerza y decibelios notables.
Para ser útil, debo dar voz a un mensaje ajeno, la de un doctor que se enfrenta, a principios del mes de agosto, a una cámara, y mirándola fija, sin ningún tipo de aspavientos, ni liturgias, ni escenografía, declara: “Mañana empiezo mi maratón de trabajo de agosto que será de 235 horas. Dejadme que os explique cuál es la situación de los médicos especialistas en España, ya veréis cómo nos vais a entender mejor.
De los 28 días que quedan de agosto voy a trabajar todos ellos, no voy a tener un día totalmente libre y en cinco voy a estar de guardia 24 horas seguidas.
No voy a estar totalmente libre ningún día, porque incluso aquellos en los que salga de guardia voy a estar localizado, con lo cual me pueden llamar esa mañana, esa tarde, o esa noche.
Sin contar las horas en que voy a estar localizado, voy a trabajar un total de 235 horas en cuatro semanas. Eso representa, entre jornada ordinaria y lo que llaman jornada complementaria, casi 59 horas cada semana.
Si trabajara solo de lunes a viernes, equivaldría a trabajar todos los días 12.30 horas y ninguna de esas horas se cuenta como extraordinaria.
Esto solamente nos pasa a los médicos, no al resto del personal sanitario. ¿No cree que es normal que los médicos nos enfademos cuando oímos hablar a las ministras Yolanda Díaz o a Mónica García?
Para ellas no somos trabajadores, o al menos no tenemos los mismos derechos que los demás. Por estas y otras razones es por la que los médicos pedimos un estatuto marco, para protegernos de esta situación totalmente injusta y discriminatoria con respecto a otros trabajadores.”
Su presentación concluye con letras escritas en letras mayúsculas: “ Por un estatuto marco”, consigna que se está generalizando en los servicios y hospitales de toda la geografía, con campañas dirigidas, a gobernantes que parecen no tener la sensibilidad suficiente para escuchar, y a la población, para que entienda lo que están padeciendo quienes deberían estar sanos para curar y no sometidos a situaciones donde se los maltrata.
El malestar es sistémico, y los “sabios” que administran no se han dado cuenta, parece que no tuvieran asesores suficientes para constatar lo que dicen, piensan o comparten los facultativos.
No les sería difícil encontrarlos, se exponen en las redes, opinando y arriesgándose a ser considerados, por odiosos e impertinentes, como privilegiados, o quejicas, dudando de lo que trabajan, de lo que cobran, a veces, insultando.
Pero ellos siguen, al doctor Álvaro García Sesma, que era quien exponía el entrecomillado de arriba, se suma la doctora Tamara Contreras.
“Voy a hacerme un Pedro Sánchez. Son las seis de la tarde, no he comido..., bueno, no he comido yo, pero tampoco ninguna de mis compañeras, enfermeras ni médicos de otras especialidades que estamos desde las 12 de la mañana con un paciente. Y no hemos comido, no pasa nada, estamos todos iguales.
En algo no estamos iguales, porque el resto de mis compañeros, de otras categorías, que están tan cansados como yo, tanto física como mental y emocionalmente, se van a ir a las 8 de la tarde. Entonces me acuerdo cuando algunos de vosotros escribís comentarios como: “¿os creéis el centro del universo?, ?os creéis, diferentes?, ¿os creéis más?. No, nos creemos lo que el sistema quiere que nos creamos, que nosotros podemos más que nadie, que aguantamos, que no necesitamos descansar. O sea, yo estoy destruida, a las 8 de la tarde se va todo el mundo y yo me quedo. Que me lo explique alguien."
MUD, acrónimo que define a médicos que se han unido para defender sus derechos, sostiene: “Durante estos 4 últimos meses hemos desarrollado parte de un gran proyecto, uniendo a más de 10.000 médicos de toda España, canalizando sus reivindicaciones y necesidades a través de grupos territoriales, la web y las redes sociales y, finalmente, realizando una gran encuesta, en la que más de 3.000 médicos de nuestro país indicaron sus prioridades.
Fruto de esa encuesta presentamos el “Programa para la mejora de la profesión médica en España” con las 35 medidas que va a defender nuestra asociación a partir de ahora, en medios de comunicación, en redes sociales y ante aquellos que deben provocar los cambios: los gobernantes.
El programa se ha articulado bajo 3 prioridades: estabilidad laboral, mejora de la calidad asistencial, disminuyendo la sobrecarga asistencial con el aumento de las plantillas y aumento de las retribuciones.
Todo ello, amparado en una propuesta: la redacción, la “Ley del Estatuto del Médico”, una norma nacional, redactada por médicos, bajo la que regular nuestra profesión más allá de negociaciones sectoriales, en las que nuestro peso es prácticamente inexistente y que nos han condenado durante años como profesionales diluidos en un colectivo sanitario muy heterogéneo.
Un colectivo en el que somos los profesionales con mayor responsabilidad y mayor formación, pero donde nuestras necesidades particulares no se escuchan, repercutiendo directamente en nuestras vidas y en la salud de los pacientes.”
Es de esperar, que los interlocutores, que de momento no se dejan ver, asomen con ganas de resolver.