Queridos reyes magos: Han de saber que me he portado bien durante todo el año, obviamente con sus matices. Así empezábamos nuestras cartitas y se siguen empezando. Se les decía: “Queridos” (para mí, lo siguen siendo).
Sé que andarán enfrascados en todo lo concerniente a las fechas que se aproximan y, dentro de ellas, en su próximo viaje para traernos los regalitos que con tanta ansiedad esperamos recibir todos. Se les trataba con cariño y respeto.
Yo, por mi edad, sé que ya no debo pedir mucho y que he de dirigir todo mi pensamiento hacia lo que reciban nuestros menores. Así y todo, como la ilusión no la he perdido, seguiré haciendo el petitorio, en la esperanza de que algo recibiré. Aún hoy, seguimos manteniendo el mismo tenor a la hora de escribir nuestras cartas.
De todas formas, y teniendo en cuenta la conexión que www.canariasdiario.com tiene con sus Majestades, aprovecharé para hacer pública mi carta con otro tipo de peticiones que confío en que se hagan realidad.
Verán, desde hace unos años a esta parte, vengo advirtiendo en algunos centros comerciales, la presencia de unos personajes que, haciéndose pasar por alguna de Vuestras Realezas, cuando no por los tres juntos, -hay centros que entienden que mejor tres que uno solo- intentan conseguir que los padres lleven a sus hijos a visitar las instalaciones donde se encuentran.
¡Lo hacen, incluso, con publicidad!
Tengo claro que no son Uds. quienes hacen acto de presencia en esos lugares. Y lo sé, porque siempre se ha dejado claro que a Uds. solo se les ve en la noche anterior a su paso por nuestras casas.
¡Nunca antes! ¡Jamás en Centros comerciales!
Tengo claro que no son Uds., porque los que sabemos de la seriedad con la que se toman su misión de hacer feliz a los niños, sabemos también que no se prestarían a pactar con ninguna firma comercial, su presencia fuera de las fechas señaladas.
Tengo claro que no son Uds., porque se sabe, que lo que únicamente podríamos observar fuera del día señalado, sería la presencia de algún paje para recoger cartas, entregar juguetes para niños que no tienen casa donde recibir sus juguetes y/o para cualquier otro evento que tenga que ver con la bondad con la que Vuecencias suelen conducirse. El verlos en un centro comercial en exclusividad rompería con las dos premisas: La magia que les rodea y el espíritu bondadoso y nada tendencioso de sus actos.
Alguien ha debido confundirles con ese otro personaje de la Navidad, que a base de insistir tanto en chotearlo, ya han conseguido que hasta haga publicidad de una marca de refrescos. ¡Ya solo nos faltaría eso!
Les pido, igualmente, que cuando vean que les va a resultar imposible estar en alguna cabalgata que recuerda a su paso por nuestras ciudades -se sabe el esfuerzo que hacen para estar en todas partes al mismo tiempo- intenten llevarles trajes vistosos a los Ayuntamientos para que, quienes tengan que hacer el papel de representarles a Uds., no parezcan titiriteros de tercera. Y, por favor, envíenles un buen consejo para quien deba representar a Baltasar pues en muchos sitios puede llover y no es muy agradable el lamentable espectáculo que se produce entre el maquillaje y el agua.
Queridos Reyes Magos, les pido que lleven sensatez a quienes se empeñan en hacer coincidir política con sus presencias en nuestras vidas. No se preocupen por el carbón, que muchos de nosotros ya se lo daremos el día que nos pidan “el detalle”.
Sensatez para que sepan captar la felicidad que se desprende de las caritas de nuestros pequeños -y no tan pequeños-.
Sensatez para quien desea usar, Vuestras figuras, para obtener réditos que nada tienen que ver con la realidad.
Queridos Reyes Magos de Oriente, les pido que sigan dando a los padres y las madres, la entereza para soportar todo el empeño que se pone desde posturas comercialmente egoístas y no aflojen a la hora de mantener las tradiciones: aunque la fecha del veinticinco sea más “ideal”. Cuando fui un crío, jamás me importó que el día siete fuera día de colegio. Tampoco recibí queja alguna de mis hijos.
Queridos Reyes Magos, creo en Uds. y la historia les coloca en la noche del cinco de enero como único momento para verles. Por eso, al menos a mí, lo que me incomoda es que algunas personas mientan diciéndoles a los demás que ellos tienen la exclusividad de una visita a sus centros o a sus programas televisivos o a sus estudios radiofónicos. Los que les conocemos, sabemos que a esos sitios únicamente podrían asistir “pajes” en representación de Vuestras Majestades.
¡Solo pajes!
¡Agradecimiento para quienes respetan la ilusión de los pequeños!
¡Agradecimiento para quienes no se escudan en “medidas covid19”, para hacer valer su voluntad comercial!
Yo, con permiso de Correos, seguiré echando mi carta al buzón oficial si no encuentro a los Pajes Reales. Mis padres me han educado para que no confíe en quien no conozca.