Cáritas Diocesana de Tenerife vuelve a poner de manifiesto la dura realidad que enfrentan las personas en situación de exclusión residencial extrema en la provincia. En concreto, según la entidad, seis personas (cinco hombres y una mujer) que recibían atención del equipo técnico del proyecto de Unidades Móviles de Atención en Calle (UMAC) en La Palma han fallecido.
Durante los últimos años hemos presentado varias denuncias públicas y los dos Estudios sobre Exclusión Residencial Extrema realizados por Cáritas Diocesana de Tenerife destacan la necesidad de visibilizar esta situación crítica, ya que las administraciones no ofrecen una protección adecuada a las personas sin hogar.
Desde finales de 2017, la Unidad Móvil de Atención en Calle desarrolla sus actividades en La Palma. Al principio, se hizo un análisis sobre el grupo de personas sin hogar que viven en la isla. Desde entonces, se han atendido cerca de 200 casos, ofreciendo apoyo humanitario y técnico. El objetivo es acercarse a este colectivo para ayudarles a insertarse socialmente o reducir los daños.
Desde entonces, Cáritas Diocesana de Tenerife ofrece dos servicios de día para personas sin hogar: uno en Santa Cruz de La Palma y otro en Los Llanos de Aridane. Entre 15 y 25 personas en situación de exclusión residencial extrema hacen uso diario de estos servicios.
El año pasado, el proyecto UMAC atendió a 179 personas sin hogar según la escala ETHOS. Estas incluían seis personas fallecidas (5 hombres y 1 mujer) que sufrían problemas de salud y estaban en situación de extrema vulnerabilidad.
Durante los últimos años, la UMAC ha estado prestando atención en La Palma y ha identificado dos zonas con una mayor cantidad de casos, debido a la gran densidad de población y a la concentración de recursos. Estas zonas son Santa Cruz de La Palma (33%) y Los Llanos de Aridane (22%). Sin embargo, tras la pandemia y el volcán que erupcionó en septiembre de 2021, el número de casos ha aumentado y Los Llanos de Aridane se ha convertido en el municipio con más personas atendidas por Cáritas, representando el 32,4% del total (58 casos) frente a Santa Cruz de La Palma (54 casos).
Según el último informe de Cáritas Diocesana de Tenerife sobre Exclusión Residencial Extrema, publicado en julio, hay más personas en esta situación que el año pasado (2.738 solo en Tenerife). El 42,8% (1.173) son consecuencia directa de la pandemia, mientras que el 56,2% (1.565) ya estaban así antes. Esto significa que un 62,9% llevan más de un año sin hogar y un 32,5%, al menos tres años.
El informe muestra que las personas en exclusión residencial extrema tienen limitado el ejercicio de sus derechos, como la atención sanitaria, la vivienda, la protección social, el empadronamiento o la participación vecinal. Por eso, Cáritas reclama la aplicación de políticas públicas para garantizar una vivienda digna para todos, especialmente para los grupos más vulnerables. Además, se proponen medidas a nivel regional y local para proteger a estas personas ante situaciones meteorológicas adversas, como lluvia, viento o calor extremo; así como crisis sanitarias, derrumbamientos o incendios.
Cáritas Diocesana de Tenerife destaca que tener una vivienda es un Derecho Humano esencial para preservar la dignidad. La pandemia mundial ha cambiado el panorama histórico, haciendo que muchas personas se encuentren en una situación de exclusión residencial extrema, sobreviviendo en lugares poco saludables e indignos.
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