Operación “salvar cerebro”
sábado 21 de febrero de 2015, 12:59h
Esta semana se ha presentado la implantación de una técnica médica, realizada por los neuroradiólogos intervencionistas, que permite aspirar trombos intracerebrales. Se accede a las arterias intracraneales desde la arteria femoral, en la ingle, por medio de una guía metálica y un catéter intravascular. El dispositivo permita retirar el coagulo que impide la llegada de nutrientes y oxígeno a las neuronas y lesiona el cerebro de forma irreversible. Es un paso más en la lucha contra las enfermedades vasculocerebrales.
La incorporación de la nueva técnica ha sido relativamente sencilla en la medida que se dispone de profesionales altamente cualificados, comprometidos con la innovación y tecnología sanitaria moderna para llevarla a cabo. El acceso equitativo a la nueva herramienta terapéutica obedece a la coordinación institucional que la hace viable y la acerca a todos los ciudadanos que la precisan. De hecho, en los países subdesarrollados, el principal problema para introducir técnicas consolidadas en occidente, por encima del coste, es la falta de competencia técnica para su uso y la debilidad de las organizaciones sanitarias.
La actuación frente al ictus de forma ordenada y planificada nació en 2006, impulsada por los neurólogos. El primer eslogan de éxito fue el de “tiempo es cerebro” para sensibilizar a la población sobre la relación directa entre la rapidez en la asistencia y la viabilidad del cerebro lesionado. Se va implantando en las distintas comunidades de la mano de la Estrategia en Ictus del SNS. En un primer momento, a medida que se afianzaban y consolidaban las TIC y la telemedicina, se compartía poco más que las imágenes. Hoy, se comparten técnicas, recursos y se homogeneiza la asistencia.
La incidencia de las enfermedades vasculares del cerebro, en unos pocos años, se ha reducido a la mitad. Detrás de cada ictus no mortal emerge un déficit neurológico grave y limitante. El ictus es una “máquina” de generar discapacidad que está siendo progresivamente neutralizada.
Uno de los hitos más importantes se dio, a principios de siglo, cuando se constató de forma fehaciente que la mayoría de eventos vasculares cerebrales se debían a embolias que nacían en el corazón. A coágulos que nacen a distancia y emigran hacia el cerebro. Muy diferentes son las oclusiones coronarias que se producen, de forma mayoritaria, por fenómenos locales, en la misma pared arterial.
Una vez demostrada que la relación beneficio riesgo se inclina hacia el primero, la anticoagulación oral se está convirtiendo en uno de los procedimientos preventivos más coste efectivos de la historia de la humanidad.
Las enfermedades embolígenas más frecuentes, la fibrilación auricular y las placas fribrolipídicas ulceradas de la pared vascular se conocen desde hace siglos. Los anticoagulantes también son centenarios. La asociación entre ambos, implantados en estos procesos como instrumento salvavidas, no se ha realizado hasta este siglo. Nunca es tarde cuando si la dicha llega.