Iban andando Don Quijote y Sancho y en un momento dado Alonso Quijana -o Quesada, o Quijada, quien sabe- le dice a su escudero: “Sancho, con la Iglesia hemos dado”. Esta frase, dicha para describir simplemente un hecho y sin ninguna otra intención (Don Quijote y Sancho habían ido a parar a una iglesia en su búsqueda de doña Dulcinea) fue el germen del dicho “con la Iglesia hemos topado” usado para indicar cuando estamos frustrados por lo difícil que es hacer determinados trámites ante organismos monopolísticos.
Pues bien, una de las consecuencias de las normas de distanciamiento social ha sido el aumento de las compras a través de internet, y en esto de ventas por internet el número uno es China. Aliexpress, Alibaba, Shein, Bangood o Light in the Box son algunas de las marcas que, con permiso del todopoderoso Amazon, más ventas están llevando a cabo. Y claro, como las compras son mercancías llegadas de un estado extracomunitario, son susceptibles de acabar en las aduanas.
Que un pedido llegado de China acabe en las aduanas en teoría es una situación aleatoria, pero ¿Qué curioso que en los últimos tiempos hayan aumentado tanto el número de paquetes que son parados por aduanas para que tributen en nuestro amado fisco? Lo llaman casualidad.
En fin. Cuando un paquete es retenido en las aduanas, se requiere que el importador pague la tasa correspondiente para que sea liberado, y la liquidación del tributo oficialmente se realiza, obviamente, ante la Agencia Española de la Administración Tributaria. Sin embargo, aunque la Agencia Tributaria indique el levante de la mercancía, estamos en manos de correos para que acabe con la tramitación del envío. De hecho, incluso Correos se ofrece al importador para tramitarle el impuesto, con el consiguiente pago del servicio por supuesto.
Pues bien, a pesar de que envían al pobre receptor un mensaje indicando “procedemos al levante de su mercancía a la mayor brevedad”, el retraso de ADT Postales (la agencia de Correos encargada de la cuestión de aduanas), es tal en estos momentos, que tarda más de un mes después de la liquidación de la tasa en enviar al destinatario el paquete retenido. Ahora que llegan las compras de Navidad, nada indica que esta situación mejores.
Y como ADT Postales tiene cera del corpus, al pobre administrado, como siempre, sólo le queda el derecho al pataleo y a la queja.
Muy constitucional todo.