Españolito que vienes al mundo

Te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Antonio Machado. 1909. “proverbios y cantares”.

Hace más de un siglo el exiliado, tras la guerra civil, Antonio Machado ya hablaba de las dos Españas y en esas seguidos, quizás porque hoy día nuestros líderes no han leído a Machado, ni a muchos otros, y además no saben historia pues se la inventan a diario.

No importa que les diga que tampoco conocen la tercera Ley de Newton, conocida como el principio de acción-reacción; para cada acción existe una reacción igual y de sentido opuesto.

Las dos Españas es una realidad pero esencialmente en el mundo en el que se mueven los políticos, los profesionales y los aficionados. A la mayoría de la gente le parece mal que un humorista de tres al cuarto se quite los mocos con la bandera de España; hay límites que por respeto no deben sobrepasarse, cuál sería la reacción en democracias consolidadas como USA, Gran Bretaña o Francia se tuviese un comportamiento semejante, por no citar otros como Irán o Venezuela.

Vivimos una crisis moral en el que arropados con la enseña de la libertad de expresión se puede decir cualquier barbaridad; las libertades tienen límites que son el Estado de Derecho.

Estoy cansado de que las personas con educación debamos, en base a esa educación, soportar gracietas de presentadores de medio pelo, humoristas mediocres y parlamentarios que no hacen honor a los muros que los contemplan y que son capaces de decir cualquier infamia por un segundo de gloria.

Los del otro lado tampoco lo hacen mejor. Y en aplicación de la invocada tercera Ley de Newton cuando desde la izquierda se produce un movimiento político inadecuado a criterio del otro bando político la reacción es más radical que la acción y ello lleva a cabo que partidos extremistas de izquierda y derecha alcancen representación parlamentaria en unas remotas elecciones que el Dr. Sánchez prometió convocar cuando no era Presidente y según criterio de la Vicepresidente no se le puede tener en cuenta.

En cualquier país remotamente serio comportamientos como el del señor Martín tendrían graves consecuencias y contestaciones como la de la señora Calvo en la rueda de prensa del pasado viernes, en la que se rió en la misma cara de los periodistas y del resto de ciudadanos hubiesen supuesto su cese inmediato. Los españoles no nos merecemos una Vicepresidente del Gobierno con argumentos tan peregrinos y ridículos, ¿Quién se cree que somos los ciudadanos? Que pasen un buen día.