Maldita verdad
miércoles 18 de abril de 2018, 03:00h
Muy posiblemente no haya habido otro político tan nefasto para este país nuestro como el conocido como ZP, el bobo solemne. Precisamente estos días se cumplen diez años de su profecía, según la cual España y Cataluña serían más fuertes y estarían más integradas al día de hoy. Ese fue su augurio. Luego vino la derogación del PHN, aliviadero de la sequía en territorios y expresión de solidaridad entre las tierras de nuestra nación, término discutido y discutible, según el dilecto contador de nubes. Sin embargo, y dejando para otro día la frase de que aprobaría todo cuanto saliese del Parlament catalán, hay una parida que se ha hecho famosa estos días; el Máster Oficial en Género y Políticas de Igualdad de la URJC, por lo leído un empeño personal de ZP. Ya se sabe que eso del género ha sido la niñita de los ojos del magno exégeta de la política.
Sin pretenderlo, ZP está consiguiendo, con el Máster de marras, que los cimientos del PP se vuelvan a remover, con la batalla de las damas. Y en ella están Cospedal, Soraya y Cifuentes como el triángulo enfrentado, mientras el líder gallego contempla el panorama esperando que “escampe”. Ese invento del ZP, hasta ahora desconocido, nos está proporcionando diversas historietas, a pesar de que el 98% de los que iniciaron tal Máster lo aprobaron sin demasiado esfuerzo.
Así, un personaje apellidado Franco — quizás debiera verse afectado por la ley de Memoria histórica, digo — aparece como titulado en Matemáticas durante años en su currículo, aunque ha sido un simple error, provocado por un tercero que se lo colocó en su documento. Y el tal Franco, socialista por cierto, no se inmutó ni cuando la inclusión de la pifia, ni durante la permanencia de tal mérito inexistente. Sin embargo, como es amigo de Pedro Sánchez no tiene importancia. Como tampoco la tiene que el propio secretario general firmase una tesis redactada desde el Ministerio de Industria del cotilla Miguel Sebastián. Al fin y a la postre, eso del copy and paste es algo connatural en el político desde que se inventó el Word. Si hasta el Junqueras echó mano de él cuando su tesis doctoral Economia i pensament econòmic a la Catalunya de l'alta edat moderna (1520-1630); se insinúa que 319 páginas de un total de 420, corresponden a fotocopias de publicaciones ya editadas, incurriendo en “seguidismo”, según expresión que campa por las facultades, propia de quién expolia, sin rubor alguno, de autores ya fallecidos.
Y si el adonis Junqueras, hizo uso de esa artimaña, el actual alcalde de esa bella e histórica ciudad que es Valladolid, Oscar Puente, no se preocupó por tener el título de licenciado en Derecho antes de alcanzar un Máster de Dirección Política, por la Fundación Jaime Vera, dependiente del PSOE, y por más señas cerrada por carencia de licencias en 2014 por el entonces Secretario General Pérez Rubalcaba.
Obviamente, ni el socialista Franco, ni el socialista Puente, ni el socialista Sánchez son objeto de atención por parte del Ferreras, la Griso o la Sexta. Para ésos, tales conductas, son pecata minuta que no merecen ni un segundo de su precioso tiempo. El machaque tiene que dirigirse a los “otros” a esos que llaman “derecha” dado que en sus carteles dicen que ellos son “la izquierda”. Y es que, de repente, en democracia ha nacido una maldición: quien dice la verdad, pierde. Hay que mentir, falsear, y cuanto más mejor. Se trata de llevar colocada en la solapa la chapa del mendaz. Al fin y a la postre, para acceder a la política no se requiere media docena de másteres, sino simplemente auparse a costa de todo lo que se tiene a mano. Si para el marxista Pierre Bourdieu tener cultura, era como el capital, perpetuaba las divisiones de clase y con la educación eran instrumentos que incidían en la injusticia y en el sistema político burgués, no hay duda que la alcaldesa Inmaculada Colau es una discípula aventajadísima. Su última aparición pública es de las de cum lauden por su estupidez. No puede ser calificado de otro forma el que, en su afán de demostrar su sentimiento anti sistema, le endose el calificativo de “facha” a un militar que, entre otras, batalló en una guerra que, precisamente, pretendía defender las prerrogativas comerciales de la burguesía catalana, el Almirante Cervera, fallecido en 1909, como ya todo el mundo sabe. Un militar aplaudido por el mismísimo Fidel Castro, cuando en 1998, ante algunos descendientes del “facha”, confesó; "Sentimos un gran respeto por los marinos españoles recordando la hazaña de Cervera, algo inolvidable”. Copy and paste casi de lo acontecido cuando el Comandante del Iowa, Evans, estrechó la mano del prisionero Cervera; “Caballero, sois un héroe. Habéis realizado el acto más sublime que se recoge en la historia de la Marina”.
Ante la estupidez de la alcaldesa, podría decirse que Cervera fue un adelantado de su tiempo y de quién en 1918 inventó el fascismo, Mussolini. Pero todo ello no tiene sanción, sino premio. Y mientras Rubianes seguirá ciscándose en España, Cervera replicará: “Me han quitado la calle, pero no el honor”. Y la Ada, mentirá. No quiere perder.