Huelga ya que los organismos de consumo analicen si la práctica instaurada por muchas aerolíneas de hacer pagar para poder sentarse junto a los acompañantes es abusiva y atenta contra los derechos de los consumidores. Mientras tanto, y visto que últimamente la imaginación para originar cargos está por las nubes, voy a aportar más ideas aún bajo el riesgo de que todos ustedes me acaben odiando. Procedemos a elaborar la lista de posibles nuevos “hechos imponibles”:
Observar las maniobras del avión cuando conecta con el finger.
Llevar cochecito de bebé.
Coger un periódico.
Mirar la cabina del piloto cuando entramos en el avión.
Reclinar el asiento.
Desplegar la mesilla.
Bajar la ventanilla.
Hacer un globo con la bolsa para vómitos.
Poner la mano debajo del asiento para comprobar está el chaleco salvavidas.
Orientarnos la salida de aire acondicionado.
Encender la luz individual.
Mirar a la tripulación de cabina de pasajeros cuando habla por el telefonillo.
Pedir una mantita para el frío y/o una almohada para la cabeza.
Levantarse para buscar algo de dentro de la maleta.
Abrir dispositivos electrónicos en modo avión.
Usar los aseos.
Mirar el tacón de la azafata.
Hacer chistes sobre accidentes de avión.
Aplaudir después del aterrizaje.
Levantarnos del asiento cuando el avión aún no está parado.
¡Si aún tendremos que dar las gracias!