No me refiero a las proclamas apocalípticas de Trump, ni a las bravuconadas de Kim Jong-un, sino a lo sucedido en la India en estos días. Sesenta niños han muerto en hospital público de Uttar Pradesh, en su gran mayoría por la falta de Oxígeno.
Parece ser que el hospital no había hecho los pagos del suministro de oxígeno y el proveedor dejó de servirles, las consecuencias fueron caóticas e indescriptibles para unas madres y padres que no podían dar crédito a lo que pasaba.
No voy a enjuiciar todavía por falta de pruebas definitivas, de quién ha sido la culpa o si al final ha sido de todos, unos por negligencia y otros por falta total de ninguna sensibilidad, porque unos y otros conocían perfectamente al ser profesionales, el alcance de sus actos. Pero como es evidente que hay culpables a ellos me refiero, espero que de aquí al resto de sus miserables vidas, no puedan tener un día de descanso, que les venga el recuerdo constante de esos pobres niños fallecidos y de sus padres desconsolados en su puñetera celda, eso a los que tengan un ápice de conciencia y a los que no, que su estancia en una prisión sea un infierno en vida y se cumpla la “ley de la carcel” en lo que se refiere a asesinos de niños.
Y a todos sin excepción que ardan en el infierno junto a otros que debe haber en ese sitio, como los que adulteraron la colza matando y dejando en situación lamentable a cientos de personas y espero que también sigan ahí los crueles dictadores de la historia Mundial y todos los terroristas etc.
Me niego a creer que sólo con su muerte acaba su castigo ante este tipo de barbaridades o por lo menos me imagino que después de la muerte no dejaran de padecer, puedo parecer cruel quizás por pensar esto y seguro que esta situación no va a pasar, pero no deja de ser un pensamiento placebo para descargar la ira que en estos momentos me invade.
Si (
No(
