www.canariasdiario.com

Falta de educación y valores democráticos

martes 16 de febrero de 2016, 10:53h

La última reunión que mantuvieron el pasado viernes en el Congreso de los Diputados el presidente del Gobierno en funciones y presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE y aspirante a ser investido presidente del Ejecutivo por encargo del rey Felipe VI, Pedro Sánchez, fue de una tremenda frialdad, una ausencia total de diálogo y una distancia personal y política abismal. Aunque la mayoría de medios de comunicación se quedó en la anécdota del apretón de manos que Rajoy eludió dar al líder socialista mientras se abrochaba la americana, eso no es ni de lejos lo más grave que la sociedad española pudo concluir del encuentro entre los líderes de los dos principales partidos políticos españoles.

Lamentablemente estamos ante una incapacidad total y absoluta ya no solo de llegar a acuerdos, sino de tan siquiera entablar un diálogo en términos políticos que permita desbloquear la situación de interinidad que se vive en el gobierno del país y que inevitablemente puebla de nubarrones el futuro más inmediato. Sostener que esta situación de desgobierno no tiene consecuencias es una falsedad que ofende a la inteligencia. Y de ella hay que responsabilizar no solo a los dos líderes citados, Rajoy y Sánchez, sino que se puede extender a todo el espectro político nacional con la única excepción que cabe señalar hasta ahora del líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Los españoles no quieren que ningún partido gobierne con mayoría absoluta, lo que necesariamente obliga a todos a negociar, a pactar, a consensuar y para ello es necesario dialogar y buscar el entendimiento a toda costa

Estamos ante una situación de autismo y de falta de diálogo que resulta incomprensible para el conjunto de la ciudadanía e irresponsable viniendo de fuerzas políticas que aspiran a gobernar y muchas de las cuales ostentan responsabilidades de gobierno en municipios, diputaciones y comunidades autónomas. Si algo quedó claro tras el veredicto de las urnas el pasado 20 de diciembre es que los españoles no quieren que ningún partido gobierne con mayoría absoluta, lo que necesariamente obliga a todos a negociar, a pactar, a consensuar y para ello es necesario dialogar y buscar el entendimiento a toda costa. En lugar de ello unos políticos sin educación democrática y sin altura de miras imponen vetos, se niegan a parlamentar –que es lo que se supone que se hace en los parlamentos democráticos– y se limitan a atender a sus intereses personales y partidistas, desoyendo cualquier otra consideración e incluso el bien común.

Lo peor de todo es que hay quien habla de emprender una segunda transición, sin caer en la cuenta que en la primera transición, con sus defectos y carencias, todos los agentes políticos hicieron del pacto y del acuerdo el motor del cambio; ahora se pretende que el cambio se haga a base de la ausencia ostentosa de la incomunicación y del diálogo. Pero desde el veto y la negación de la legitimidad de los demás actores, es imposible construir nada y vamos decididamente hacia unas nuevas elecciones que quién sabe si tampoco solucionarán nada, como pronostican las encuestas.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios