Fuego

Dice un refrán que el que juega con fuego se orina la cama. No lo he podido comprobar. Supongo que es una advertencia a los niños que sufren de incontinencia urinaria nocturna, para los que supone una gran vergüenza amanecer meados. En España llevamos tiempo jugando con fuego y no me refiero exclusivamente a los incendios, que también.

Hay una actuación oportunista, aprovechada e insolidaria, protagonizada por un ministro al que se le paran los trenes cada dos por tres y que parece haber sido nombrado para demoler puentes más que para construirlos. Forma parte de una estrategia basada en la bronca para provocar que la bronca salga de la parte contraria. No creo que con esto se consiga algo productivo. Más bien todo lo contrario, pero por ensayar modalidades de resistencia que no quede.

Las advertencias de fuego y las culpabilizaciones me recuerdan al chiste de unos mejicanos que jugaban al póker y dejaron fuera a un gangoso. Éste no dejaba de decir:"¡Juego, juego!" y los demás contestaban: "¡Qué no juegas!":Y al poco, la casa era purito chicharrón. El fuego se extiende con gran facilidad y en la televisión se aprestan a sacar el video de la mujer histérica a la que han preparado para que grite. Los titulares de toda la prensa dicen ¡Fuego! y parece una operación de precalentamiento para lo que se nos viene en otoño. Las cosas del clima están mal dadas, pero hay que aprovecharlo todo, por si acaso.

Los incendios han sido mayormente cosa de la derecha, como lo de los abusos sexuales, donde el señorito siempre es el protagonista. Desde la época gloriosa de La Codorniz era así, y ante la campaña del Gobierno se decía: "Cuando un monte se quema, algo suyo se quema, señor conde; o la señora con la marca en la liga a medio muslo que decía; "Hasta aquí llegó la mano del marqués". Me alegra que España no haya perdido sus tradiciones y sigamos en la misma historia, y el fuego arrase con lo que es nuestro aunque sea de otro, y María de la O, en la versión de Rafael de León, sea seducida por las tumbagas que le regala el adinerado señorito. Estamos en lo mismo de siempre, pero ahora con Inteligencia Artificial. Como se decía antes: "Maestro, toque el mismo pasodoble, pero más cargado de bombo". ¡Ay, España, qué poco te entienden los que no te entienden!

Lo malo es que, en medio de este guirigay inútil se está prendiendo la mecha para encender otros fuegos; los fuegos de campamento, en torno a cuyas hogueras se cantaba el "Prietas las filas" y se evocaba la cruzada de la reconquista y otras, de carácter nacional, más recientes. El problema es que este falso monstruo que amenaza con devorarnos está alimentado por quien todos sabemos, utilizado como una estrategia más para resistir. Una forma de luchar contra el fuego es quemar todo lo que hay a su alrededor. En esas estamos.