La decisión sobre su realización se tomará dependiendo de cómo evolucione el viento. Mientras tanto, el ambiente en la carpa es de expectación alegre: riders compartiendo risas y anécdotas junto al material, técnicos ajustando las velas con precisión de relojero, y el público acercándose desde temprano para no perder detalle. Música, color, y un clima de festival deportivo hacen de este rincón de Fuerteventura un paraíso del windsurf que aún tiene sorpresas por ofrecer.