Alemania ha entrado en recesión técnica. Y poca gente habla de sus consecuencias.
Las distracciones a las que estamos sometidos son múltiples cuando lo que verdaderamente importa pasa inadvertido. En la calle y en las televisiones se habla de los resultados electorales recientes y de que quién va a ir a votar en julio con el calor que hará y estando de vacaciones.
Sobre la elección de la fecha del 23 de julio para las próximas elecciones nacionales hay muchas teorías. Haber elegido esa fecha tiene mucha intencionalidad. Esta vez sí parece tener un grupo de asesores el presidente Sánchez.
De los motivos que arguyen los analistas políticos sobre la fecha elegida el que más me gusta es el de que Sánchez se erigirá como el defensor del centro. Un centro que, según él, estará huérfano tras los pactos de PP y VOX, necesarios para gobernar en muchos lugares de España.
Prepárense para escuchar hasta la saciedad el calificativo "extrema derecha" hasta saciedad ¿A qué no han oído el de "extrema izquierda"? Pues son los que ha elegido de socios para su gobierno a pesar de que no le iban a dejar dormir.
Pero volvamos a aquello que pone y quita partidos y mueve el mundo: la economía. La elección de una fecha tan próxima tras conocer el varapalo electoral del 28M tiene que ver con lo que viene en términos de crisis económica.
El parón de Alemania tendrá sus consecuencias en España en seis meses o un año más tarde. Que Alemania haya entrado en recesión va a empeorar más nuestra economía porque una de las causas de su bajada del PIB en el primer trimestre de 2023 han sido la bajada de la demanda de bienes motivados por su alta inflación. Por ahora, los alemanes prefieren renunciar a la compra de bienes y no al ocio y viajes pero el futuro próximo no es más halagüeño y cuando dejen de viajar lo notaremos. Recuerden que en las recesiones, los empresarios venden menos y realizan ajustes en su plantilla, máxime ahora que les sale más cara tras haber pactado un aumento salarial generalizado que les llevó a subir los salarios un 6% en 2022.
El otro motor europeo también tiene problemas. Reino Unido tiene una inflación muy elevada y no logra controlarla. El IPC de marzo del 10,1% siendo el séptimo mes consecutivo con el IPC a dos dígitos y dando marcas no vistas en los últimos 40 años.
Si los asesores de Sánchez existen esta vez y han hecho una lectura en clave económica de lo que nos viene de Europa han sido brillantes. Si no se ha dado ninguna de estas dos hipótesis se va a ir bien.
Para cuando vengan los efectos negativos de los problemas económicos de los dos motores europeos a nuestro país que, recordemos dependemos directamente de sus economías, aunque aquí los efectos llegan con seis meses o un año de retraso, Sánchez estará renovando sus cuatro años de mandato si ha ganado, dentro de cuatro años Dios dirá. Las personas tienen memoria de pájaro y no se acordarán.
Y si pierde el gobierno, el marrón se lo comerán otros y el PSOE saldrá a las calles a recordar a los españoles que con él esto no pasaba y a ocupar el espacio callejero que tanto rédito le dio a Podemos.
Por si fuera poco, el motor del mundo, con el permiso de China, acaba de aumentar el techo de la deuda. Como dice la CNN, tras cinco meses con las tuberías congeladas, Estados Unidos abre sus grifos y elude el default y los impagos.
Estados Unidos volverá a inyectar dólares en la economía. Dólares que provienen de la deuda para beneficio de los grandes bancos. Al ser todavía la moneda de reserva mundial y la favorita para las transacciones, la inyección de dólares tiene los efectos que conocemos y que, como principal, es el debilitamiento del poder adquisitivo.
Hablando de economía y política, creo que uno de los castigos de los votantes al PSOE de las pasadas elecciones que, aunque fueran locales y autonómicas, la gente ha votado en clave nacional porque los partidos nacionalistas no han cosechado buenos resultados, ha sido la nefasta gestión económica de la pandemia.
Se tomaron decisiones duras para las economías de los pequeños y medianos empresarios cerrando sus comercios y limitando de manera difícil de entender, el acceso a su clientela e ingresos, una vez abiertos.
Decisiones a base "decretazos". Se ha acudido al "decreto ley" más que nunca antes en una legislatura, prostituyendo el motivo por el cual fueron creados. Se aprobó un decreto ley cada 11 días, aun a pesar de la censura del Tribunal Constitucional, superando a Rajoy y Zapatero.
Las principales decisiones que tomó este gobierno en pandemia fueron además inconstitucionales, pero para cuando se así lo determinó el Tribunal Constitucional ya fue tarde para la economía de pequeños y medianos empresarios. De existir, los asesores de Sánchez fallaron.
Se da la paradoja de que el castigo al PSOE se da con sus arcas llenas y, por tanto, con posibilidades de dar subvenciones y cheques regalo preelectorales para dulcificar sus errores anteriores. Hemos visto que sí han dado ayudas pero ha sido insuficiente para dar un giro al voto. Como les he contado anteriormente, Hacienda hizo en 2022 récord de recaudación histórico. Un récord a costa de no haber deflactado los impuestos para compensar la subida de la inflación. Eso, en economía es una subida de impuestos encubierta.
Solo al inicio de 2023, año electoral, tuvieron el detalle de bajar el IVA del queso, la leche y poco más.
Si con esas decisiones erróneas hizo pupa a pequeños y medianos empresarios, a los grandes se les acusaban de capitalistas despiadados y se les "invitaba" a mudarse a otros países.
La conclusión es que, gobierne quien gobierne, debe hacer una lectura en clave económica, tanto interna como externa, del entorno. Y si no quiere repetir el castigo de Sánchez en el 28M debe rodearse de un buen equipo de asesores económicos. De los mejores. Y, por supuesto que no sean inventados como ya nos colaron una vez.