Un grande, Leonard Cohen, dijo "a veces uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quienes están del otro lado".Un grande, Leonard Cohen, dijo "a veces uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quienes están del otro lado".
El domingo, como saben, hay elecciones autonómicas y locales y yo aplicando la máxima que les he citado de mi admirado Cohen, viendo quienes están en un bando ya se en cual estoy yo.
Estoy y estaré siempre mientras mantenga mi estado de razón con la libertad, con la constitución, con la democracia, con la igualdad de oportunidades, con la ayuda a los desfavorecidos y para terminar con la Doctrina Social de la Iglesia, y no soy un meapilas. Estaré con los derechos humanos y con la verdad. Este es una síntesis de mi catecismo personal pero no lo alargo pues entraríamos en asuntos que no tienen por qué ser públicos ni trata de contarles mi vida esta columna, siempre humilde.
Del párrafo anterior quiero entresacar que estaré con la Constitución y todas sus consecuencias y eso me impide votar al PSOE, Mes, Podemos y cualquier miembro de los diferentes gobiernos Frankestein. El de este pequeño país y el de España.
Les explico, un partido legal, Bildu, presenta en sus listas a Diputaciones Forales y Ayuntamientos a asesinos y miembros de la banda terrorista, pues bien ese partido aparte de no solo no creer en España, no quieren pertenecer a España pero si cobrar sus paguitas con cargo a los impuestos recaudados en parte en el País Vasco y en parte en el resto de España.
No quiero, bajo ningún concepto, que esos delincuentes legislen que normas se me tienen que aplicar como ciudadano español y eso ya está pasando.
El creador de Frankestein, el premier Sánchez, sustentó su moción de censura en la traición del PNV y en el sustento de Bildu, ERC, Podemos y tuti quanti quiere romper la España surgida con la CE 78. Lo mejor de cada casa por cierto.
He oído a varios barones del PSOE desmarcarse de su Secretario General o quizás general secretario (como se decía de Cascos) probablemente el político más estalinista de la democracia, y decir lo que dice cualquier hombre de bien, que no iría a la esquina con Bildu; y aquí me surge la duda de que Bildu incluye a asesinos y terroristas en sus listas, le es aplicable eso de ¿Quién calla otorga? Siempre habla de los adversarios pero no mira de casa para adentro.
Si está de acuerdo con su Secretario General y está a favor de la inclusión de asesinos y terroristas aplicando la cita de Cohen yo ya sé en qué lado están. Lo que me duele es que en el PSOE tengo amigos y gente que aprecio de verdad y no me puedo creer que acepten sin inmutarse esto, estoy impactado.
De todos modos estábamos avisados, y la culpa es nuestra, la última gran esperanza blanca tras Rocky Marciano, nuestro proyecto de Kennedy, Albert Rivera en una tarde lúcida que tuvo el 22 de julio 2019, hace casi cuatro años, subió a la tribuna del Congreso y urbi et orbi nos habló del Plan Sánchez, y saben, lo clavó. Estuvo brillante, audaz y especialmente valiente y Sánchez se reía.
Ha pasado lo que predijo Rivera cuando C's era alguien, hoy desaparecido en combate, y se ha pasado de "no podría dormir por las noches" a darse piquitos con Bildu y demás sectarios. Eso se dice un hombre de palabra, un tío que se viste por los pies.
Pero dentro de este conglomerado Frankestein que padecemos hay un individuo que me llama la atención especialmente, Patxi López, nos hemos cansado (desgraciadamente) de verle portar sobre su hombro a compañeros socialistas asesinados por la tiranía de ETA y ahora, como portavoz de su partido, bebe los vientos de Bildu y los etarras que integran su candidatura. ¿Qué tipo de conciencia debe tener este individuo? O por el contrario simplemente tiene más capacidad de perdón que el Papa Francisco.
En definitiva lo que predijo Rivera es que seríamos menos libres y lo somos pues se normalizan y legislan situaciones demenciales como dar status a la ocupación ilegal de un inmueble, a la entrada de manera ilegal en España y así muchas otras.
Siguiendo la máxima invocada de Cohen sé en qué lado estoy y ese es el de los constitucionalistas que aman la libertad. Y este es el lado correcto.