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La mente del presidente

Por José A. García Bustos
sábado 01 de octubre de 2022, 09:20h

Ser presidente de la, por ahora, primera potencia mundial requiere de importantes dotes mentales y capacidad para discernir y tomar la mejor decisión en los momentos más delicados.

Estados Unidos ha tenido grandes presidentes. La claridad mental de algunos de ellos se ha hecho patente en algunas de sus frases que han quedado para la posteridad.

He aquí algunos destacables ejemplos: “Creo que los sistemas bancarios son más peligrosos que los ejércitos”. Tremenda afirmación realizada por Thomas Jefferson (1801-1809). El mismo que dijo: “La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% puede tirar por la borda los derechos del otro 49%”.

Otras sentencias lapidarias de otros presidentes fueron: “En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada”. Chapeau. Frase de Franklin D. Roosevelt (1913-1921) en un entorno en el que los que toman acción son fácilmente criticados por monosabios que ven los toros desde la barrera.

Otra cita destacable formulada por John F. Kennedy (1961-63) fue: “El éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano”. Él mismo afirmó: “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti. Pregúntate qué puedes hacer tú por tu país”. O la certera: “Perdona a tus enemigos pero no olvides sus nombres”.

No escucharemos frases similares al actual presidente de Estados Unidos. Ni de lejos. Por el contrario, cada vez son más los desvaríos de un hombre senil, cuya mente juega malas pasadas. La tensión actual en el entorno geopolítico parece no ayudarle.

Pero en televisión no lo verán. Parece que hay un complot por preservar su imagen pero seguro que algún vídeo viral les habrá llegado por las redes. Al principio puede hacer gracia. Un despiste o el calor le han hecho decir o hacer algo gracioso fuera de contexto. Pero no. Cada vez es más frecuente. Esta semana, el abuelo Biden se ha lucido.

El pasado martes, espetó a sus conciudadanos que una parte vital para prepararse para la temporada de huracanes es estar vacunado. Todo es más complicado si no estás vacunado cuando ocurre un desastre natural. Como lo oyen. Mezclando churras con merinas.

El miércoles, Biden buscaba a alguien entre el público. Llamaba a Jackie, una congresista fallecida recientemente. Solo él la veía.

El jueves salió del estrado y empezó a deambular buscando a alguien allí donde no había nadie. Solo él lo veía.

Atrás quedan imágenes en las que Biden paseaba sin rumbo por los jardines de la Casa Blanca o en las que extendía la mano para chocársela a no se sabe quién.

La semana pasada afirmó haber tenido una “amistad” con una niña de 12 años cuando él tenía 30. Si es una alucinación, malo. Si es verdad, peor.

Cuando el presidente de un país es el escaparate del mismo, Biden se ha vuelto un meme. Un país con un presidente débil parece vulnerable. Y no estamos para experimentos. Nada más entrar Biden al poder, perdió Afganistán. Más tarde, Rusia se atrevió a hacer lo que con un presidente fuerte no hubiera sido capaz. Y China, en la sombra, sigue con sus avances comerciales y financieros para hacer del yuan la moneda alternativa al dólar y sucederle en el trono de divisa mundial.

Lo peor es que los suyos lo encubren. Esta semana la portavoz del Presidente, en rueda de prensa, reconocía que la congresista muerta a la que llamaba desde el estrado, estaba en la mente del presidente. Un periodista insistía en que, si está en su mente ¿por qué la busca? La portavoz intentaba cambiar el tema y el periodista insistía en que el tema debía ser aclarado. Él mismo afirmó que suele tener a John Lennon en su mente pero no lo busca.

Parte de la opinión pública acusa de sabotaje al gasoducto a Estados Unidos y eso es muy serio. Si así fuera, la tensión sería insostenible y haría enfadar a su socio europeo. Esto unido a la solicitud por vía de urgencia de Ucrania para unirse a la OTAN, la tensión se va elevando por momentos.

Se necesita un presidente entero capaz de tomar firmes decisiones mientras la estabilidad mundial está en juego.

Si la OTAN aceptara la petición de adhesión de Ucrania, el conflicto pasaría a ser entre la OTAN contra Rusia y se pondría sobre el tapete el tema de las armas nucleares. China probablemente tomaría partido por Rusia y el escenario que quedaría, mejor no imaginarlo. No estamos hablando de la concatenación de muchas casualidades y movimientos. Una sí de la OTAN a Ucrania bastaría para hacer de la zona un polvorín.

El presidente Biden subió al poder en unas elecciones envueltas en cierto escándalo. El escándalo sería ahora, mantenerle en su estado mental actual, en un momento tan delicado.

Afirmar que Biden está en plenitud de facultades mentales, como intentaba enmascarar su portavoz en la rueda de prensa, es intentar postergar lo inevitable. A ver qué será lo próximo con lo que nos sorprenderá Biden. El entorno no está para bromas.

Como dijo Abraham Lincoln (presidente durante el periodo 1861-1865): “Puedes engañar a toda la gente durante un tiempo, o a poca gente todo el tiempo, pero no puedes engañar a toda la gente todo el tiempo”. Gran sentencia en una época llena de falsas e interesadas noticias pero, al final, la verdad sale a la luz.

Y la luz suele venir, como dijo una sentencia que sirvió para derrocar a otro presidente de Estados Unidos, de observar hacia dónde va el dinero: “Sigue el dinero” (follow the money) fue formulada por parte de Garganta Profunda a un periodista en el caso Watergate, siendo la clave que acabó la presidencia de Richard Nixon (1969-74).

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