Con motivo del Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra la Infancia, Save the Children ha convocado un acto simbólico frente al Congreso de los Diputados, junto la mayoría de las fuerzas políticas, para escenificar su apoyo a una reivindicación clave: eliminar el término “pornografía infantil” y sustituirlo por “material de abuso sexual de menores” en la normativa española. La ONG agradece el apoyo recibido hoy y espera que esta modificación se haga efectiva para que ayude a reforzar la protección de la infancia frente a este tipo de violencia, en línea con las directrices internacionales.
Este cambio terminológico no es solo una cuestión de lenguaje, sino de protección real. “Hablar de pornografía infantil invisibiliza la violencia que sufren miles de niños y niñas y contribuye a normalizar delitos sexuales contra la infancia y la adolescencia”, ha afirmado Catalina Perazzo, directora de Influencia y Desarrollo Territorial en Save the Children. “No estamos hablando de contenido erótico entre personas adultas, sino de agresiones sexuales a niños y niñas, que son grabadas y compartidas. Cada archivo es una prueba de violencia”.
En 2024, se registraron más de 19,8 millones de denuncias relacionadas con material sexual que involucraba a menores de edad a nivel mundial, que contenían 62,9 millones de archivos, según el Centro Nacional de Niños Desaparecidos y Explotados de Estados Unidos (NCMEC por sus siglas en inglés). Por su parte, la Base de Datos Internacional de Interpol (ICSE) contabilizó 4,9 millones de archivos hasta julio de 2024, con más de 42.000 víctimas identificadas y 18.000 delincuentes.
Estos datos reflejan la magnitud de un problema que se agrava con el auge del material generado mediante inteligencia artificial (deepfakes o ultrafalsificaciones), lo que exige medidas urgentes para prevenir el uso indebido de estas tecnologías. Save the Children considera que el término pornografía para referirse a este tipo de material no es correcto, pues involucrar a menores de edad en estos actos y representaciones siempre constituye una agresión sexual. Hablar de “pornografía infantil” invisibiliza esta realidad, minimiza la gravedad y contribuye a la normalización de los delitos sexuales contra la infancia.
Además de este cambio en la terminología, Save the Children considera que la actual tramitación del Proyecto de Ley Orgánica para la Protección de Personas Menores de Edad en Entornos Digitales supone una oportunidad para actualizar la legislación y reforzar la protección de niños, niñas y adolescentes. En este sentido, la organización propone:
• Impulsar innovación tecnológica para la detección y eliminación de material de abuso sexual infantil
• Corresponsabilidad real entre empresas digitales y administraciones: la autorregulación ha demostrado ser insuficiente
• Educación digital y afectivo-sexual integral desde edades tempranas, para prevenir riesgos como grooming, difusión de imágenes y presión para enviar contenido sexual
• Concienciación sobre sharenting: compartir imágenes de niños, niñas y adolescentes puede derivar, entre otros riesgos, en su uso para generar material de abuso sexual
“Cada imagen compartida sin control puede convertirse en una herramienta para generar violencia contra un niño o niña. Necesitamos leyes claras, tecnología ética y educación para que la infancia crezca segura en entornos digitales”, ha concluido Perazzo.