Ortega Cano conducía bajo los efectos del alcohol y a una
velocidad superior a la permitida según el informe definitivo de la Guardia Civil. El torero tenía un nivel de
1,26 gramos de alcohol en sangre y circulaba a una velocidad de 123 km/h cuando invadió el carril izquierdo por el que circulaba Carlos Parra.
Además, del informe también se desprende que la
calzada se encontraba en
perfectas condiciones y que por tanto no fue el causante del accidente que acabó con la vida de
Carlos Parra, según informa la revista
Interviú.
Este informe de la
Guardia Civil desmonta la versión difundida por Ortega Cano en la que aseguraba que no conducía bajo la influencia del alcohol. Ahora la familia de Carlos Parra espera que el torero se recupere para que pueda acudir a declarar ante la
justicia.