
La esposa del Príncipe Guillermo está consiguiendo por méritos propios convertirse en todo un icono de moda. En sus esperadas apariciones, la joven es capaz de dejar a todo el mundo con
la boca abierta gracias a su glamurosa sencillez y a un estilo muy cuidado. En la gala benéfica a la que asistió el pasado jueves en el Palacio de Kensington,
Catalina fue sinónimo de elegancia.
La Duquesa de Cambrigde ha vuelto a conseguir dejar
el listón muy alto. La décima gala benéfica de Absolute Return for Kids (ARK), que tuvo lugar el pasado jueves por la tarde en el palacio de Kensington sirvió de alfombra roja sobre la que Catalina dio una nueva lección magistral de
buen gusto.
En esta ocasión, la Duquesa se decantó por un precioso vestido-joya de la diseñadora
Jenny Packham. El traje era en tonos rosa pastel y plata
ligeramente entallado y con una caída muy limpia. El toque glitter vino de la mano de auténticos cristales
Swarovski y lentejuelas que simulaban escamas.
Se trata de un diseño de la colección primavera-verano de Packham y
cuesta 3.147 euros pero a pesar de su elevado precio, tal vez vuelva a agotarse en cuestión de horas. Catalina combinó esta pieza con unas sandalias
de color rosa empolvado anudadas al tobillo de la firma LK Bennet y un sencillo clutch de satén.
El derroche de glamour que regaló la duquesa explica muy bien por qué poco a poco está creando su propia escuela de estilo dictando las pautas de
la sencillez más chic.