Llama la atención cómo los estertores del sanchismo se están convirtiendo, por el arte insuperable de ciertos personajes de comedia como Koldo, Ábalos y Cerdán, en la mejor película de Torrente. Ha descubierto la UCO que, por la sede del PSOE, circulaban en sobres con el membrete del partido cantidades de dinero que tales personajes -con su habitual desahogo- calificaban por su diferente color y cuantía: “chistorras” los billetes de 500 euros, “soles” los de 200 y “lechugas” los de 100.
Llama bastante más la atención que todo ese mecanismo de supuesto cobro de mordidas a empresas y particulares -beneficiarios de obras y concesiones del partido-, y tal vez de financiación ilegal de campañas del PSOE, lo pusieron en marcha pocos días después de ganar la moción de censura contra Mariano Rajoy fundamentada, precisamente, en la lucha contra la corrupción del PP, y defendida en la tribuna del Congreso por Ábalos.
Llama terriblemente la atención que dos indocumentados como el portavoz parlamentario Patxi López y la portavoz del Gobierno Pilar Alegría salgan a defender la “normalidad” de dichos pagos en metálico diciendo -el primero de ellos- que todas las empresas españolas, y hasta el Congreso de los Diputados y el Senado, pagan habitualmente en efectivo a sus trabajadores, algo que las propias instituciones afectadas desmintieron poco después. Y argumentando -la segunda- que se trataba de pagos para gastos de viaje del ministro, cuando no los sufragaba el Ministerio sino el PSOE mediante sobres, destinándose los supuestos “gastos de viaje” a abonar vicios y tarifas de variopintas trabajadoras del amor.
Ya el despiporre más absoluto viene si conocemos que el propio Gobierno de Sánchez publicó, en el BOE de 10 de julio de 2021, la “Ley 11/2021, de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal”, cuyo artículo 18 dice que “no podrán pagarse en efectivo las operaciones, en las que alguna de las partes intervinientes actúe en calidad de empresario o profesional, con un importe igual o superior a 1.000 euros”. Y estableció, además, un procedimiento sancionador diciendo que “la base de la sanción será la cuantía pagada en efectivo…. La sanción consistirá en multa pecuniaria proporcional del 25 por ciento de la base de la sanción prevista en el número anterior”.
El resumen de todo lo que les acabo de exponer es el siguiente: el PSOE organizó contra Rajoy una moción de censura con el pretexto de una supuesta corrupción del PP que se encargaron de multiplicar pocos días después de llegar al poder, pues los Torrentes ya cobraban mordidas en las semanas siguientes a acceder al Ministerio. Pillados por la UCO con las zarpas en los sobres, los portavoces socialistas en el Parlamento y el Gobierno nos toman por gilipollas contándonos trolas indefendibles. La Agencia Tributaria, gobernada por María Jesús Montero, no ha movido un solo funcionario para inspeccionar al PSOE ni para cobrar la sanción del 25% del importe de los pagos, saltándose la Ley que ellos mismos promulgaron. Además, las más importantes instituciones del Estado por volumen presupuestario -los Ministerios de Fomento y de Transportes- y el propio PSOE se dejaron durante años en manos de una banda de Torrentes caracterizados por su machismo, su golfería, su zafiedad y su desprecio a todo lo que pudieran suponer los valores de un Gobierno progresista. Y que, encima, eran los acompañantes de Sánchez -ese que hoy no parece conocerles- en el famoso viaje del Peugeot.
Este es el verdadero “relato” de lo que sucede en España, y no el que nos vende diariamente la febril factoría de Moncloa.
Si (
No(
