Fepeco advierte que quieren paralizar Tenerife para debilitar la Isla
miércoles 04 de agosto de 2021, 11:55h
El NO a todo, espanta las inversiones, perjudica a la economía, imposibilita la creación de empleo y crea frustración social
Oscar Izquierdo, presidente de FEPECO, manifiesta su preocupación, por la parálisis que sufre Tenerife, primero, por culpa de una burocracia que no funciona en sus distintos ámbitos territoriales o competenciales, retrasando la resolución de expedientes o licencias mucho más allá del tiempo fijado por la propia administración o haciendo continuas encomiendas a medios propios o empresas públicas, que es la mejor demostración de su incapacidad gestora y después, especialmente, por la Consejería de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, que siente una especial sensibilidad medioambiental sólo por nuestra isla, así como por los noistas endémicos de siempre, que cual “quinta columna” intentan frenar, por todos los medios posibles e imposibles, cualquier iniciativa inversora, la ejecución de diversas infraestructuras imprescindibles o sacar adelante proyectos empresariales estratégicos, creando con esos vetos fundamentalistas, pobreza, hambre e imposibilitando el bienestar social de los tinerfeños.
A la ya desesperante espera, que sufrimos los empresarios, en la concesión de licencias de obra mayor, por parte de la inmensa mayoría de las oficinas técnicas municipales o gerencias de urbanismo, donde estamos hablando ya de plazos de más de dos años, que obstaculizan la reactivación económica, creación de empleo y dinamismo productivo, poniendo, incluso, en peligro la viabilidad de muchas empresas, hay que sumar, la política restrictiva y obstaculizadora de la Consejería de Transición Ecológica, hacia los proyectos a ejecutar en nuestra isla, donde siempre aparecen dificultades por doquier, incluidos los escarabajos, en contraposición con las facilidades que da en Gran Canaria, donde todo se aprueba con mucha diligencia y simplicidad.
El reciente veto al proyecto turístico de Punta Abona en Arico, es la demostración de la inseguridad jurídica en la que vivimos los empresarios en Canarias, dependiendo en gran medida de interpretaciones funcionariales subjetivas e ideologizadas, que crean incertidumbre y ahuyentan a los inversores. Si unimos el NO a la regasificadora; a los nuevos carriles en la TF-1 y TF-5; a construir una terminal de nueva generación en el Aeropuerto Tenerife Sur; al puerto de Fonsalía; a la llegada del Tranvía al Aeropuerto de Los Rodeos; a la Vía Exterior en la zona metropolitana o al tren del Sur, son casos concretos, que aumentan la desconfianza, sobre los verdaderos intereses que hay para atascar Tenerife y dejarla como una isla dependiente y subsidiaria, apartándola del liderazgo económico, que como isla capitalina le corresponde y como consecuencia, perdiéndose el equilibrio regional, fundamento de nuestra Autonomía.