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El silencio de los corderos

Por Julio Fajardo Sánchez
domingo 01 de octubre de 2023, 13:13h

Dice García Page que la amnistía debería ser anulada por el Tribunal Constitucional antes de su entrada en vigor. Habría que tener en cuenta lo que dice este hombre. Es el único socialista que ha conseguido la mayoría absoluta en las elecciones autonómicas plantándole cara a las políticas del Secretario General de su partido. Esto significa que lo va a seguir haciendo porque ahí está la verdadera renta electoral en los territorios fuera de Cataluña y el País Vasco.

El panorama sigue siendo el mismo que el 28 de mayo, salvo que ahora el 23 J ha sido instituido como la fecha del principio de los grandes cambios para nuestro país. Sánchez ha asegurado en Andalucía que tiene más ganas que nunca, pero continúa sin decir cómo lo va a hacer. De momento solo conocemos cuáles son las exigencias de sus futuros socios, y las palabras de Puigdemont que dice que las condiciones no las pone el que viene a pedir. La única verdad es que la llamada aritmética parlamentaria coloca a Sánchez en la posibilidad de ser investido, pero también a los secesionistas en la tesitura de exigir, que es lo que han hecho siempre que observan una debilidad en lo que consideran su principal enemigo: el resto de España.

Me ha llamado la atención que desde Cataluña no se vean las cosas con el mismo optimismo con que lo hacen desde la Moncloa. Illa, ante el órdago planteado por el parlamento catalán, no descarta que haya que celebrar nuevas elecciones. Así que la preocupación no afecta solo a los territorios que están fuera del conflicto, sino que incluye a estos también. Si esto es así, es normal que los barones empiecen a blindarse en sus feudos. Por eso Page insiste en sus argumentaciones; porque no lo ve claro y se prepara para lo peor.

Una de las razones más evidentes es justificar el hecho de que algunos miembros de la cámara van a aprobar una resolución que les va a beneficiar directamente. Aquí se quiebra el principio que obliga a los integrantes de los órganos colegiados a inhibirse cuando se trate de votar algo que les afecta, aunque sea de modo tangencial.

Se habla de que todas estas cosas hay que sacrificarlas en nombre del interés general, que no es otro que la gobernabilidad. Estas cuestiones se resuelven desde la visceralidad del convencimiento militante, que en estos casos se suele separar de lo que recomienda el sentido común. Page sabe que el sentido común es lo que alimenta su triunfo, y que todo lo que se salga de él acabará pagándolo en las urnas. También es sospechoso el silencio de Sánchez. Algo tendrá que hacer antes de la investidura si quiere que le apoye Puigdemont. Ahí se la tendrá que jugar, porque todo lo que diga, si no le sale bien, tendrá un coste electoral importante. Esto lo sabe Page, que procura curarse en salud ante lo inminente.

A ver si ahora por la izquierda también se están jugando el liderazgo.

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