Muchos de los servicios más importantes que la Administración Canaria ofrece a la ciudadanía para garantiza la seguridad, la calidad, la justicia, la igualdad y la transparencia, son llevados a cabo por PERSONAL CON FUNCIONES DE LABOR INSPECTORA.
Este personal interviene en áreas como la Salud, Educación, la Seguridad Alimentaria, Sanidad Ambiental, el Medioambiente, la Pesca, Agricultura y Ganadería. El Turismo, el Empleo y el Consumo, asegurando el cumplimiento de la legalidad.
Sobre estas empleadas y empleados públicos recae una enorme responsabilidad puesto que de sus actos depende que se pueda cumplir con las obligaciones legales que tiene la Administración en sus labores de alta inspección y potestad sancionadora, entre otras.
Este personal debe enfrentarse muchas veces en solitario, sin unas condiciones mínimas de seguridad, a situaciones que les sitúa en circunstancias de alto riesgo, ya que a las tareas y competencias que acompañan el cargo desempeñado, se unen la desidia e ineficaz gestión de personal en que se ha sumido la Administración Canaria durante muchos años. Esto se debe principalmente a:
1. Plantillas mermadas y envejecidas en extremo, que imposibilitan una actuación con los niveles necesarios de seguridad y de calidad
2. Obsolescencia, inexistencia y/o falta de desarrollo del régimen organizativo y logístico suficiente y adecuado de los cuerpos y/o escalas , categorías, etc., para llevar las labores encomendadas con las garantías exigibles
3. Inexistencia de un marco jurídico general y común de mínimos aplicable a todo este personal
Ello ha dado lugar entre otras a:
1. Retraso y/o paralización de la actividad administrativa por falta de medios y/o recursos, que incluso debe soportar el uso de sus propios vehículos
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Sobrecarga extrema de trabajo del personal
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Inexistente y/o escaso seguimiento de la salud y prevención de riesgos laborales
psicosociales, produciéndose casos de agresiones, amenazas, acoso, etc.
4. Inseguridad jurídica ante denuncias de terceros por actos en el ejercicio de sus funciones.
En resumen, una merma en la garantía y calidad de los servicios, salvadas casi en solitario por la voluntariedad y esfuerzo de este personal que es INDISPENSABLE para cumplir con las normas impuestas por la Unión Europea.