¿Pensarán?

Se le ha hecho muy largo este mes y medio a Pedro Sánchez, pero por fin el rey le ha pedido que intente formar gobierno ("a la portuguesa, a la milanesa o a cubana, que ya total, que más da", pensará el líder socialista).

Dicen que preferiría subirse al barco de Ciudadanos y navegar los mares de la recuperación con Albert Rivera, pero el catalán no parece que vaya a poner a los suyos en formación ("lo del PSOE tiene mala pinta”, pensará Rivera).

Por su parte, Pablo Iglesias pide por activa y por pasiva un gobierno con una equidad casi obscena, y no se cansa de repetir que los ciudadanos no entenderían que Sánchez no comulgara con Podemos para desalojar al PP de Moncloa (“y ahora filtramos los futuros “nombres” del Ejecutivo, por lo que pueda pasar”, pensarán los podemitas).

Rajoy sigue en estado catatónico. Hasta el Felipe VI está desconcertado. La silla comienza a no estar tan firmemente sujeta como a él le gustaría y ya se escuchan por Génova los nombres que ponen algunos en la "porra invisible” por ser sucesor (“tú también, Brutus, hijo mío”, pensará el todavía presidente).

Ana Oramas está más contenta que unas pascuas, ingrediente en todos los potajes como a ella le gusta, aunque hoy con Pedro Sánchez tendrá que enarbolar la bandera del “no con Podemos” y quizás le cante las cuarenta por asociarse con Nueva Canarias y amenazar la idiosincracia del nacionalismo antiguo. (¿lo pensará?).

Y por ahí pasará también hoy Pedro Quevedo, que solo irá a saludar y tomarse un refrigerio, porque ya sabemos que el apoyo es tácito y además con el respaldo a Podemos -qué alegría para Sánchez-, como ya aseguró este fin de semana Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria. (“qué bien lo hemos hecho”, pensará Román).

Con tanto pensamiento hemos de quedarnos por ahora, ya que los hechos han brillado por su ausencia y la ronda de consultas que nos sobreviene promete ser un juego del ratón y el gato de todo menos emocionante.