
La última aparición pública de
Doña Letizia, y la poca transparencia de la Zarzuela a la hora de revelar su paradero, han dado alas a los
más críticos con la Princesa de Asturias y con los cambios que desde su matrimonio con
Don Felipe se han producido en la actual de la Casa Real.
Doña Letizia acudió la misma noche que visito una fundación en
Llucmajor a un concierto en Barcelona de
Bon Jovi, en el que estuvo acompañada de su hermana Telma, que trabaja en el consistorio de la ciudad. Los periodistas se enteraron de la presencia de ambas por las
filtraciones habituales y por testigos.
A tenor de situaciones como esta, la responsable de Vanitatis,
Paloma Barrientos, una de las más reconocidas periodistas en su campo, considera que el servicio de prensa de la
Zarzuela “desinforma sin calibrar que esos momentos también forman parte de los
Presupuestos Generales del Estado”, y recuerda que el gabinete de comunicación elude pronunciarse alegando que se trata de “
la vida privada”.
Esta periodista sostiene que desde que “la Princesa llegó a la familia Borbón, ninguno de sus miembros funcionaba como si fueran
famosos de Hollywood escapando de los
paparazzi. La princesa fue la primera y lo impuso en su entorno familiar”.
Así, se refiere a que la
Reina lleva más de una semana en Palma y
nadie ha informado oficialmente sobre ello, pese a que Doña Sofía siempre se ha caracterizado por proceder con más transparencia.
Pero las críticas a
Doña Letizia no acaban ahí. Una cronista del diario
El Mundo le dedicó una página a
reprobar su poco estilo luciendo ropa, tras el impresionante vestido de color salmón que llevó en Mallorca el pasado miércoles. La llamó “sosa” y dijo que si ese mismo traje lo hubiera llevado
Kate Middleton, hubiera cortado el hipo de muchos.
Además, un conocido columnista de un periódico mallorquín, ha repetido en un par de ocasiones la mención a un libro del exdirector de
El Periódico,
Rafael Nadal, en el que revela que la Princesa de Asturias dijo en una cena con empresarios catalanes que temían dejar de venir a Mallorca porque luego los editoriales de los rotativos locales les
criticaban con dureza.