
Con la máxima discreción, la
Reina Sofía tiene establecida desde hace días su base en
Palma, cuya llegada se ha producido con varios días de antelación respecto al resto de su familia.
La
Reina se ha adelantado al
Rey, los
Príncipes y las
Infantas, de la misma forma que ocurrió el año pasado, cuando Doña Sofía fue la primera en llegar y la última en irse de la Isla.
Y este verano parece que la diferencia en el tiempo de estancia en
Mallorca entre la
Reina y el resto de su familia se va a aumentar, habida cuenta de las agendas que manejan el monarca y los herederos.
Los compromisos que reducen los días en
Marivent de los miembros de la
Familia Real son la recuperación de don
Juan Carlos de su operación de rodilla y la visita a
Madrid del
Papa, del 16 al 21 de agosto.
Algunos medios señalan que incluso la tradicional
foto de familia, en la que ya el verano pasado hubo ausencias, no será completa en la Isla, y sí en Madrid con motivo del viaje de
Benedicto XVI.
También influirá el desencanto de
Letizia respecto al interés mediático que suscita en
Mallorca cada uno de sus movimientos, lo que lleva a que la pareja de herederos multiplique sus escapadas.
La
Reina concentra sus viajes relámpago en sus compromisos oficiales, como ha ocurrido este fin de semana con una
boda en Jordania, de igual forma que cuando en su agenda figura algún evento en Madrid. En
Mallorca está acompañada de su hermana
Irene de Grecia.