Puigdemont ha comparecido frente a los que en su opinión "no han entendido la situación", en clara referencia al ejecutivo de Rajoy: “De mi comparecencia no esperen amenazas ni chantajes ni insultos”. Ha añadido que “vivimos un momento excepcional, sus consecuencias van más allá de nuestro país”. “Nunca nos pondremos de acuerdo con todo -ha dicho- pero sí entendemos que la manera de avanzar no puede ser ninguna otra que la democracia y la paz”.
EL REFERENDUM ES VÁLIDO
Ha defendido la viabilidad y “operatividad” del referéndum del 1-O, “a pesar del esfuerzo y los recursos destinados a combatirlo”. Ha asegurado que se pudo votar aunque “La Policía y la Guardia Civil golpearon a personas indefensas (…) Lo ha visto todo el mundo. El objetivo era atemorizar a la gente para que se quedara en casa”. En su opinión “es la primera vez que una jornada electoral se desarrolla entre ataques policiales que cargan contra aquellos que hacen cola para meter su voto en una urna”. Ha responsabilizado a la “acción del Estado” de introducir la “tensión en la sociedad catalana” y a “que haya gente asustada”.
CATALANOFOBIA E INDEPENDENTISMO
Puigdemont cree que “desde la muerte del dictador militar Francisco Franco, Cataluña ha sido el motor de España y un factor de estabilidad y modernidad”, si bien ha criticado la evolución del país: “el edificio constitucional surgido de la Transición se veía como un punto de partida para alcanzar cotas más altas. El sistema ha involucionado”. Ha culpado a PSOE y PP del recorte del Estatut llevado a cabo por “jueces elegidos por los dos partidos, a pesar del voto legal en referendum y del 88 por ciento del Parlament. Se ha convertido el texto en algo irreconocible. Esa es la ley vigente. Ha sido el último intento de cambiar nuestro estatus jurídico por las vías constitucionales. Una humillación”. Con estos argumentos, que generaron una “catalanofobia impulsada por los que querían gobernar”, los catalanes habrían llegado a querer que “Cataluña se constituya en un estado”. Mantiene que se ha forjado un consenso: “el futuro de los catalanes lo decidirán los catalanes de forma pacífica”.
LA RESPUESTA DEL ESTADO ESPAÑOL
Ha comparado el referéndum de Cataluña con el de Escocia en la “democracia más vieja del mundo” para concluir que en España "se ha perseguido policial y judicialmente” a los impulsores del proceso. Ha recordado, por ejemplo, la detención de 16 cargos de la Generalitat y lo que ha considerado la “persecución” de su predecesor Artur Mas.
Ha resumido que no se han encontrado interlocutores en ninguna institución del Estado: “la respuesta ha sido una negativa radical y absoluta y combinada con la persecución de las instituciones catalanas”. Ha lamentado que la última oportunidad de diálogo cayó con el mensaje del rey Felipe VI.
MENSAJE A LOS ESPAÑOLES
“No somos unos delincuentes, no somos unos locos, no somos, unos golpistas, no somos unos abducidos. Somos gente normal que quiere votar. No tenemos nada contra España y los españoles. Queremos reentendernos con los españoles”, ha dicho en español.
Para concluir, Puigdemont ha declarado la independencia pero ha propuesto “suspenderla durante unas semanas para entrar en una etapa de diálogo (...) con el fin de contribuir al diálogo y a la mediación", en lo que ha considerado que es un “gesto de generosidad”.