El exceso de peso se ha convertido en uno de los problemas más importantes de salud pública en el mundo. Para la OMS, tanto la obesidad como el sobrepeso están relacionadas con más muertes que el bajo peso.
En este sentido, presentar valores altos en el índice de masa corporal (IMC) y obesidad abdominal se asocia a mortalidad por todas las causas, morbilidad, discapacidad y, como consecuencia, años con un estado de salud deteriorado y baja calidad de vida. Además, la obesidad es un factor de riesgo de enfermedades como la diabetesmellitus tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Esta situación llevó a la Fundación EROSKI a poner en marcha en 2014 la Encuesta Nutricional de la Población Española (ENPE), junto a la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). El objetivo principal era describir la prevalencia de obesidad total y abdominal en una muestra representativa de la población española. También analizar la distribución de distintos indicadores de adiposidad corporal (porcentaje de masa total del cuerpo compuesto de grasa).
En total, 3.966 personas distribuidas por todo el territorio nacional (más de 210 personas por comunidad autónoma) aportaron sus medidas antropométricas. El 52% eran mujeres y todos los participantes tenían edades comprendidas entre los 25 y los 64 años: el 30% de 45 a 54, un 28% entre 35 y 44, otro 21% entre 55 y 64 y el 20%, de 25 a 34. Además, según su nivel educativo, el 43% tenía estudios primarios o menos, el 34% contaba con estudios secundarios y el 23%, superiores.