Machimosaurus tenía dientes con forma de bala que encajaban entre las mandíbulas, y que se cree utilizaba para aplastar los caparazones de tortugas marinas.
"Estos dientes no eran para el corte o la perforación de carne, sino para la trituración de huesos", explica Tetsuto Miyashita, estudiante de la Universidad de Alberta y miembro del equipo descubridor. Machimosaurus rex no sólo fue el más grande, sino también el último de su tipo.
Sus parientes más cercanos vivieron hace más de 30 millones de años antes en el mar donde ahora se encuentra Inglaterra. Los cocodrilos marinos eran depredadores formidables durante el Período Jurásico, pero muchos de ellos se extinguieron cuando estos hábitats se perdieron en toda la Europa actual. Machimosaurus rex sobrevivió en el restante hábitat del mar poco profundo en el norte de África.