La novela, galardonada con el Premio Vallirana de Novela Histórica 2024, desvela el origen épico y violento de las minas de Las Médulas durante la resistencia de los últimos astures frente a Roma.
Editorial Diëresis publica El vientre de la tierra, la nueva novela del escritor y cineasta Elio Quiroga, galardonada con el Premio Vallirana de Novela Histórica 2024.
Esta obra premiada, que supone también el estreno de Quiroga en el género de la novela histórica, transporta al lector hasta la Hispania de hace dos milenios, en tiempos de Octavio Augusto, cuando la épica resistencia de los pueblos del norte de la Península dificultaba la conquista romana pese a su fuerza desigual. La trama se desarrolla en el paraje legendario de Las Médulas (El Bierzo, León) para relatar el origen de este misterioso enclave y el secreto mejor guardado de los astures.
El argumento se centra en Ábilus, un joven astur que sobrevive en un poblado aún no doblegado. Mientras aprende la ciencia secreta del oro en un lugar que su tribu llama “El vientre de la Tierra”, su mundo se tambalea con la llegada de un general romano obsesionado con dos objetivos: sofocar la resistencia cántabra y astur, así como hacerse con el oro, que Roma necesita desesperadamente para financiar sus conquistas.
Entre guerras, traiciones, amores y la descomunal obra de ingeniería erigida hace dos milenios en Las Médulas, se iniciará una historia de ambición para unos y de supervivencia para otros.
La adaptación y el pacto como supervivencia inteligente
El vientre de la Tierra aborda el profundo dilema moral de su protagonista, Ábilus, un astur forzado a colaborar con el Imperio que está dominando todo el mundo conocido. Quiroga defiende su decisión como la vía más lúcida ante la maquinaria imperial.
“Él tiene que cuidar a una familia y dar a los suyos lo mejor. Y, para ello, Ábilus sabe que a veces integrarse en una nueva cultura es la única salida”, explica Elio Quiroga. “La novela es la historia de un superviviente, de alguien que elige sobrevivir por encima de todo. Creo que esa fue la decisión más inteligente.”
La trama se sitúa en el final de las guerras astures, y funciona como un análisis de la codicia imperial y de la —en palabras del autor— "
realpolitik" de Roma, cuyo vasto imperio necesitaba desesperadamente el oro de Hispania para financiarse.
"El vientre de la Tierra
es una historia sobre política y sobre la resistencia inteligente de un pueblo. Y, a veces, esa resistencia inteligente implica dejarse llevar por la ola como un buen surfista”, afirma Elio Quiroga.
El ingenio de la humanidad y la ‘ruina montium’
La colaboración entre astures y romanos dio lugar a las ancestrales minas a cielo abierto de Las Médulas, el yacimiento aurífero más grande de la antigüedad. Quiroga nos transporta a una aventura que combina la supervivencia de un pueblo en medio de un entorno violento con el rigor histórico de una decisiva obra de ingeniería de gran trascendencia económica para la Antigua Roma.
Para el autor, adentrarse en la novela histórica le brindó "la oportunidad de forzarme a investigar una determinada época" y construir "una historia que pudo haber ocurrido y que pudo ser posible en unos tiempos muy bárbaros".
La novela recrea con gran precisión la técnica minera romana de la ruina montium, que implicaba mover montañas con la fuerza del agua, una hazaña que, según las más recientes investigaciones, pudo ser originariamente una invención astur, cuyo mayor ejemplo fue Las Médulas, adoptada luego por los conquistadores. “La ruina montium me parece un ejemplo perfecto del ingenio de la humanidad”, reflexiona Quiroga, y destaca que su novela es también un homenaje a la capacidad de resolución de problemas del ser humano.
El jurado del Premio Vallirana destacó en su fallo la capacidad de El vientre de la Tierra para aunar entretenimiento, romance, aventura y rigor histórico en un subgénero en auge como son las novelas ambientadas en la época de la Antigua Roma, otorgando a un enclave legendario de la geografía española como es Las Médulas un gran atractivo.
Para Quiroga, esta novela va más allá de tecnicismos y premios: es un regalo a su padre, Elio Quiroga Arias, natural de Corullón (El Bierzo), y ya fallecido. “Es un homenaje a alguien a quien debo mucho. Fue él quien me llevó por primera vez a Las Médulas cuando solo era un crío. Me impresionó tanto pensar que los humanos habían hundido aquellas montañas, que con los años siempre he querido construir una ficción con ello”.