El 12 de agosto de 2026 habrá un eclipse total de sol en la península ibérica, que será replicado por otro en 2027, y otro más en 2028, lo que constituirá, en términos oficiales, el llamado trío ibérico, equivalente al apagón ibérico y a la excepción ibérica. Es decir, se inicia una época de apagones solares que amenaza nuestra seguridad, según las previsiones que se anuncian, movilizando a 13 ministerios, entre ellos el de Memoria Histórica, para que no se nos olvide. Todo con la intención de que no nos pase como en el chiste donde el sargento acaba diciendo que el general se eclipsará en calzoncillos delante de la tropa.
Parece una premonición este adelantamiento del eclipse a 2026, pero también es interesante observar que éste no será el definitivo, porque le seguirán dos más, en 2027 y 2028. Ya veremos. Desde ahora se están haciendo reservas hoteleras para verlo desde lugares privilegiados de la España vaciada, con lo que se espera que aumenten las cifras del turismo, que sirven para regocijo y ostentación del presidente y malas noticias para sus acompañantes ecologistas que pretenden matar a la gallina de los huevos de oro.
Se asegura que este fenómeno no se produce en la península desde hace un siglo. En España no, porque aquí en las islas hubo uno hace 65 años, al que recuerdo muy bien, cuando las gallinas se fueron a acostar a las 12 del mediodía. Esto de los eclipses es muy antiguo y en la Biblia son signos de cambios importantes. Ya estamos acostumbrados y los consideramos como evidencia de la continuidad. Los astrofísicos se pondrán las botas, nosotros disfrutaremos de la noche en pleno día y los vendedores de gafas ahumadas harán su agosto, nunca mejor dicho.
De momento 13 ministerios se preparan para ese evento, dos menos que para la organización del mundial de fútbol de 2030, que será más popular y duradero, porque, en comparación, el eclipse es un coitus interruptus y a otra cosa mariposa. En fin, que ya está preparado el Decreto. En unas semanas se aprobará y los españoles nos pondremos en marcha rumbo al eclipse total, si la UCO no prevé otra cosa. Hace unos años, Luis Carandell metía estas novedades en su página especial, pero hoy surgen confundidas entre las emergencias, las granizadas, la guerra de Gaza y los aranceles de Trump, que, según parece, nos la ha vuelto a meter doblada.
La comisión interministerial para contemplar el fenómeno astronómico se hace en nombre de la seguridad no vaya a ser que nos vuelvan a coger con el carrito del helado. Todos avisados desde un año antes para cubrir responsabilidades. Que no ocurra como cuando la dana. Hay quienes dicen que se la están cogiendo con papel de fumar, pero a mí, qué quieren que les diga, no me queda más remedio que tomármelo a cachondeo y pensar otra vez en el cuento de Pedro y el lobo que, según Nabokov, es el inicio de la literatura y el relato.