Juan Antonio Peña, alcalde de Telde, y Eduardo Jiménez, popular personaje de las carnestolendas de la ciudad, fueron los encargados de bendecir al símbolo carnavalero antes de su quema y cierre oficial del Carnaval. Desde el balcón del antiguo edificio del Ayuntamiento, ubicado frente a la plaza de San Juan y decorado para la ocasión, Jiménez leyó los diez mandamientos, antes de que el primer edil leyese el testamento que daría cierre al acto.
Desde el balcón del antiguo edificio del Ayuntamiento de Telde, Eduardo Jiménez pronunció su tradicional discurso: “Estimados carnavaleros, autoridades y gente de bien. Despedimos a nuestra queridísima y amada sardina. La cual fue rescatada en la mañana de hoy, en la playa de La Garita, por efectivos de los servicios de emergencia, no pudiendo hacer nada por salvar su vida y certificando su fallecimiento”.
“Desde este balcón, transmitir nuestro más sincero pésame a sus familiares más allegados. A su esposo, el Chinchorro de Melenara. A sus hijos, La Vieja de Melenara y La Lubina de Salineta. De la ya difunta anfibia, quienes deben estar llorando a mares”, prosiguió.
Así, añadió: “Por lo tanto, a la vez que asistimos a su entierro anual, también seremos testigos de su resurrección en el carnaval 2026. Así que, mis queridas viudas aquí presentes, no desfallezcáis, pues nuestro amado pez resucitará de sus cenizas en menos de un año. En el Carnaval de 2026, en un Mundo de Fantasía: Mitos y Leyendas”.
Y terminó con una oración:
“Dios te salve carnaval, lleno eres de guasa,
el cachondeo es contigo, divertido tú eres entre todos los placeres".