Recientemente, me sometí a un tratamiento médico en una clínica de renombre en dicha especialidad. Lo primero que me sorprendió fue que cuando llegué me advirtieron de que no podría pagar con tarjeta de crédito, ni transferencia bancaria, y que solamente se admitía pago en metálico.
Me sorprendió bastante ya que, en pleno siglo XXI y con el control que tenemos el resto de los autónomos, era raro. Pero, como suele ocurrir en estos casos, iba muy bien recomendada y no le di mayor importancia.
Tampoco se me dieron informes de mi caso en concreto, ni del tratamiento que íbamos a hacer, y, además, dicha clínica tampoco tenía página web donde consultar.
Eso sí, a todas las personas a las que preguntaba por ellos me decían que era una clínica de gran prestigio. Y, bueno, como tiendo a ser bastante confiada, comencé el tratamiento con ellos.
Cuál fue mi sorpresa cuando, sobre la mitad del mismo, comencé a tener muchas molestias, y, al hablarlo con los médicos del centro, me dijeron que podría ser debido a alguna lesión antigua o algo debido a mi edad, y comencé a hacerme pruebas médicas en otro lugar. Que si una resonancia magnética, unas radiografías, y nada de nada.
Cuál fue mi sorpresa cuando el médico del hospital me comunicó que posiblemente se debía al tratamiento que me estaban haciendo.
Volví para que me dieran una solución con todas las pruebas que ellos mismos me habían mandado hacer, y mi sorpresa fue la negativa absoluta de que su tratamiento hubiera tenido algún efecto adverso en mí y que lo que debía hacer era continuar con el tratamiento. Es obvio que no continué y busqué otras respuestas alternativas para poner solución a ese problema que me había causado este tratamiento.
Pero no tenia ningún justificante de nada, ni estudio hecho, ni comprobante de haberme realizado este tratamiento, ya que, como todo va a la 'buchaca', es obvio que tampoco te dan un recibo, el cual se me negó cuando lo solicité.
Pueden entender, queridos lectores, mi asombro y mi enfado por esta falta de profesionalidad que sinceramente nunca pensé que pudiera darse con un médico que todo Mallorca conoce. Yo no ponía una reclamación, sino, simplemente, pedía una solución a mi problema y una explicación que no se me dio.
Todos nos confundimos en nuestro trabajo y no hay ni que decir que, cuando se trata de salud, es lógico que algún tratamiento no funcione, ya que no somos ovejas, con respeto hacia dichos animales, sino seres humanos, y cada organismo funciona de una manera distinta.
No tengo ni que decirlo, pero, una vez más, debo de no confiar en las personas porque tengan un nombre, porque ese se les ha podido subir a la cabeza y creerse dioses en lugar de seres humanos que pueden errar en su labor diaria.
Pero, desde aquí, apelo a que, en la medicina se tenga un poco más de respeto hacia las personas y sentido común, más cuando la persona que se tiene enfrente es un ser humano que entiende que todos erramos y que solamente pide una solución, no una reclamación.
Gracias a Dios he conseguido encontrar otro especialista, esta vez parece un buen profesional, que me ha dado las explicaciones convenientes para poder solucionar mi problema.
Por favor, no se fíen de los que le digan 'a la buchaca' sin factura y todo en metálico en lo que se refiere a la salud, porque, de lo contrario, no tendrán dónde reclamar si algo sale mal.
Y, por si hay algún médico entre mis lectores, recuerden que los pacientes somos personas y nos deben un respeto, independientemente de la formación o el título que se posea. La reputación cuesta mucho conseguirla, pero, muy a menudo, los más famosos no son los mejores especialistas, en ninguna de las profesiones.