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Días de vino y gloria

martes 19 de abril de 2022, 06:00h

Así define mi empresario de cabecera, persona a la que admiro por su trayectoria y al que me une una sincera amistad de la que no dejo de aprender en cada encuentro, en la época en que parecía que éramos ricos.

España hace muchos años que dejó de ser un país o un estado rico; quizás, desde el final de los Austria y el inicio de los Borbones es cuando iniciamos nuestra decadencia. Espero que lo historiadores no me lo tengan en cuenta, pero creo que es así. No es que los Borbones fuesen malos administradores, que de todo hay en la viña del Señor, sino que las potencias europeas espabilaron y nos pasaron la mano por la cara, dejando atrás eso del imperio en el que no se ponía el sol.

El problema de España es que lleva unos años en que creemos que somos ricos de nuevo, y eso está muy lejos de la realidad. Tenemos el endeudamiento más alto de la historia, per capita y en números absolutos, y las administraciones siguen derrochando como si de verdad fuésemos ricos. El dato lo he citado con frecuencia, pero me parece de verdad escandaloso que se presupuesten seis mil (6.000) euros en jamón para el 'falcon' nuestro que usa el presidente del gobierno. Además, me parece una horterada de nuevo rico que nunca ha comido jamón del bueno.

Está imponiéndose en redes sociales, a propósito de la subida de impuestos previstos y no previstos, la expresión 'se están forrando'. Nada más lejos de la verdad. Lo único cierto es que nos están arruinando, es NUESTRO DINERO, y nos lo confiscan los gobernantes porque en teoría ellos saben lo que más nos conviene. Después algunos Ayuntamientos tienen superávit. Eso es un drama. O han presupuestado mal, o han gastado mal, o han ingresado más extorsionando más nuestros bolsillos.

Les cuento una historia de primera mano. Un autónomo explotaba un taller de un oficio, el negocio era viable y con su labor podía vivir la familia de dicho profesional. El autónomo, después de que su familia explotase durante cien (100) años ese negocio ha renunciado a su explotación; lo ha alquilado y trabaja para la empresa que ha arrendado el negocio.

Su único motivo es que la administración le ha derrotado, le ha generado ansiedad, no podía ponerse de baja, pues no cubría las necesidades familiares, y ha decidido que después de un siglo unos extraños exploten el negocio en el que continúa trabajando.

A quienes intentamos tirar hacia delante abriendo micro empresas con la esperanza de crecer se nos tendría que reconocer nuestra valentía o nuestra inconciencia. Lo que están haciendo los diferentes gobiernos (nacional, autonómico y local) contra las empresas es de juzgado de guardia. No quiero ser antipatriota, pero si tuviera dinero lo invertiría en otro país.

Nos hemos convertido en un país que no es serio, de pandereta y chirigota; un país en el que el Don Guido de Machado sigue más presente que nunca; en el que se demoniza a la extrema derecha mientras no se gobierna por parte de quienes tienen ese encargo. No hay seguridad jurídica; la lectura sesgada y comunista que se pretende hacer de la constitución es inaceptable.

No es posible, leído ayer en la prensa local, que a una persona le vayan a embargar la casa por parte de la eléctrica de turno debido a que el okupa no paga el consumo que hace de electricidad. Después se llenan la boca del derecho constitucional a una vivienda digna, pero lo que no dice la Constitución es que cualquiera pueda entrar a nuestro hogar, y si encima le echamos a bofetadas nos enfrentamos a una causa penal.

Eso se incentiva desde los diferentes gobiernos de España. Por eso, y por muchos otros motivos, invertiría en otros países de la Unión Europea, a los que se puede sacar el dinero.

Quizás, solo quizás, es el momento de revisar la Constitución y compararla y adaptarla a la más modernas de Europa de las grandes países: la Ley Fundamental de Bonn, que fue, y la italiana. Y también, quizás, con la sabiduría que hubo en la posguerra, denegar la legalidad a los partidos nazis y comunistas.

Les aseguro que, usando la frase del postfranquismo, sin Podemos viviríamos mejor. Su actitud ha sido tóxica. Se han burlado de los ciudadanos y, gracias a Dios, sí, gracias Dios, no han hecho la mitad de lo que pretendían.

Quizás, solo quizás, es el momento de adoptar su vehemencia y de ir a por ellos, que son pocos y cobardes (Loquillo dixit). No se confundan. No estoy llamando a nadie a la violencia. La violencia nunca es la solución, pero si adoptamos la misma actitud, "nosotros, los ciudadanos ("we, the people"), como empieza diciendo la Constitución de USA, y los tratamos con la misma vara que nos tratan a nosotros, más pronto que tarde nos habremos quitado a esa panda de sinvergüenzas agrupados bajo la denominación: Podemos.

Quienes podemos somos los ciudadanos. Somos quienes tenemos la fuerza, y especialmente los votos. No nos dejemos amedrentar por la extrema izquierda hija de Stalin.

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