Los autores consideran difícil que otras comunidades acepten una singularidad exclusiva para Cataluña. Apuntan que la solidaridad territorial no está en cuestión, pero reconocen que cualquier acuerdo exigirá un consenso complejo. El informe califica la falta de reforma como uno de los bloqueos más prolongados del Estado.
El estudio afirma que existen recursos suficientes para abordar la reforma y múltiples informes técnicos que avalan cambios urgentes. Las dificultades, según los académicos, proceden del clima político y de la confrontación entre Gobierno, socios y oposición. Esa dinámica, advierten, impide acuerdos y convierte el proceso en “un serio coste de la política de la hipérbole”.
El informe defiende la utilidad de las relaciones bilaterales para avanzar en áreas específicas de cada comunidad. Sin embargo, recuerda que foros multilaterales como la Conferencia de Presidentes o los consejos interterritoriales resultan imprescindibles en materias comunes. La clave, según los autores, es combinar ambos enfoques para lograr acuerdos equilibrados.
El documento insiste en que ninguna solución técnica funcionará sin consensos políticos mínimos. Reclama recomponer puentes de diálogo y reforzar la lealtad institucional entre administraciones. Los autores subrayan que una estrategia federal requiere empatía, cooperación y voluntad de pacto.