Despertarse de mal humor tiene los días contados. El despertador Sensorwake ha dejado atrás el sonido clásico y desagradable para despertar a los usuarios y lo ha cambiado por aromas intensos que desprenderá a la hora de levantarse, como a café o cruasán.
El reloj nació de la mano de Guillaume Rolland, su creador, que inició una campaña en Kickstarter el pasado año y la completó el pasado año y la completó con éxito: 192.453 euros recaudados (de una meta de 50.000) y más de 1.500 patrocinadores que quisieron despertar oliendo a croissant recién hecho. Las cápsulas que incluye Sensorwake duran 30 días o, lo que es lo mismo, puede despertarte hasta treinta veces.
Estas cápsulas vienen de dos en dos, por un precio de unos diez dólares por paquete. Entre los olores a elegir, el usuario puede despertarse oliendo a café recién hecho, croissantes o chocolate, o bien optar por olores más naturales como el mar, la selva o la menta. No es necesario despertar todos los días oliendo igual, cuentan. Las cápsulas pueden cambiarse cada día y aún así podrán utilizarse las veces restantes sin ningún problema. Una vez llegada la hora de despertar, el despertador emitirá el aroma durante tres minutos. Según la marca, este metodo funciona porque el olor permite ir “progresivamente del sueño profundo al seueño ligero y finalmente despertar”, cuentan. También apto para dormilones, “si duermes mucho, trasnochas o eres muy madrugador, la eficiencia de SensorWake es la misma”. Por si acaso, el reloj cuenta con un sonido de alarma “para las ermegencias” que suena después de los tres minutos de aroma.