Endesa ha detectado un total de 2.234 casos de fraude eléctrico en Canarias durante el año 2018, lo que implicó que se consumieran más de 22 millones de kWh [kilovatios/hora] de forma irregular mediante el uso de métodos anti reglamentarios.
Este número de fraudes se eleva hasta los 65.000 en el conjunto de España, recuperando así 601 millones de kWh defraudados en 2018, una cifra apuntan equivale al consumo eléctrico de Palma de Mallorca durante seis meses, según informó la eléctrica en un comunicado.
Para luchar contra este tipo de fraude, admiten que el uso de las nuevas tecnologías, así como la colaboración con las Fuerzas de Seguridad y los ciudadanos están permitiendo reforzar el trabajo contra "este grave problema", ya que apuntó que solo en el último año las denuncias de ciudadanos ayudaron a destapar cerca de 4.000 fraudes.
En este sentido, señalan que el pasado año cuatro de cada diez inspecciones realizadas por la compañía concluyó con la detección de fraudes, siendo el 48 por ciento de los casos enganches ilegales a la red por parte de usuarios sin contrato, mientras que el resto se debió a otro tipo de fraudes como dobles acometidas o manipulación de los equipos de medida.
En relación con ello, subrayan que al margen del fraude, se trata de un "problema grave" para la seguridad y la salud de las personas, tanto para el propio defraudador como para los que le rodean, apuntando que en los últimos años se han registrado numerosos casos de incendios y descargas provocadas por la manipulación de las instalaciones.
Asimismo afirman que otro factor que agrava el problema del fraude es el crecimiento de los cultivos de cannabis de los últimos años, que suelen ir acompañados de enganches ilegales a la red eléctrica, pudiendo generar "importantes interrupciones" de suministro a los núcleos de población en los que se llevan a cabo. A modo de ejemplo citan que una vivienda utilizada como plantación "indoor" de marihuana consume el equivalente a 20 viviendas y la concentración de estos cultivos en determinadas zonas llega a saturar la red.
Finalmente, señalan que el fraude eléctrico supone un perjuicio para toda la sociedad porque "se traduce en un incremento de la factura eléctrica del conjunto de los consumidores y puede poner en riesgo" tanto la seguridad como la calidad de suministro del resto de los clientes.
El uso de las nuevas tecnologías y la colaboración con las Fuerzas de Seguridad y los ciudadanos están permitiendo reforzar la lucha contra este grave problema. Tan sólo en el último año, las denuncias de ciudadanos ayudaron a destapar cerca de 4.000 fraudes.
Durante el pasado ejercicio, cuatro de cada diez inspecciones realizadas por la compañía concluyó con la detección de fraudes. En el 48 por ciento de los casos, se trató de enganches ilegales a la red por parte de usuarios sin contrato y el resto, a otro tipo de fraudes, como dobles acometidas o manipulación de los equipos de medida.
Al margen de cifras, es importante destacar que el fraude eléctrico es, sobre todo, un problema grave para la seguridad y la salud de las personas, tanto para el propio defraudador como para los que le rodean. En los últimos años, se han registrado numerosos casos de incendios y descargas provocadas por la manipulación de las instalaciones.
Otro factor que agrava el problema del fraude es el crecimiento de los cultivos de cannabis que se ha producido en los últimos años. Estos cultivos van frecuentemente acompañados de enganches ilegales a la red eléctrica, que pueden llegar a generar importantes interrupciones de suministro a los núcleos de población en los que se llevan a cabo. Una vivienda utilizada como plantación "indoor" de marihuana consume el equivalente a 20 viviendas y la concentración de estos cultivos en determinadas zonas llega a saturar la red.
El fraude eléctrico supone un perjuicio para toda la sociedad, ya que se traduce en un incremento de la factura eléctrica del conjunto de los consumidores y puede poner en riesgo tanto la seguridad como la calidad de suministro del resto de usuarios.
Además, en contra de lo que podría creerse, el grueso del fraude eléctrico en España lo cometen grandes consumidores, tanto empresas de sectores industriales y de servicios como negocios y domicilios particulares con consumos elevados.
Nuevas tecnologías para combatir el fraude
Endesa está apostando decididamente por por la digitalización dentro de su estrategia empresarial. La aplicación de algoritmos avanzados de aprendizaje automático (Machine Learning) y aprendizaje profundo (Deep Learning) sobre el Big Data está permitiendo abordar de forma más eficiente muchas de las operaciones de la compañía. Por ello, está redoblando los esfuerzos en la aplicación de estos algoritmos para la detección de fraude, consiguiendo mejorar la identificación de casos y haciéndolo de forma más eficiente.
A la utilización del Big Data, se suman las nuevas tecnologías que se han desarrollado en los últimos años para combatir el fraude. Destacan, entre otras, los videoscopios y trazadores, que permiten inspeccionar instalaciones subterráneas, empotradas en las paredes, o inaccesibles a simple vista, para detectar, entre otras manipulaciones, la existencia de dobles acometidas.
Colaboración ciudadana
El pasado año, Endesa recibió más de 46.600 notificaciones de posibles fraudes en la línea telefónica (800 760 20) y el buzón de correo electrónico anomalias@enel.com. Mediante estos canales, los ciudadanos pueden aportar, de manera confidencial, cualquier información sobre anomalías y presuntos fraudes. Estos avisos dieron lugar a más de 10.500 inspecciones y permitieron destapar cerca de 4.000 fraudes.
Además, Endesa Distribución ha puesto a disposición de los ciudadanos en su nueva web, un servicio para que estos puedan realizar denuncias acerca de posibles fraudes. Desde su lanzamiento en octubre de 2018, ha recibido una media de 230 denuncias mensuales.