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Los Funcionarios del Centro Penitenciario Las Palmas 2 denuncian las carencias en seguridad

Los Funcionarios del Centro Penitenciario Las Palmas 2 denuncian las carencias en seguridad

sábado 01 de septiembre de 2018, 04:00h
No se puede entender como ante la escasez de personal en el módulo de aislamiento se pueda prescindir de uno para labores en otro departamento

El pasado 26 de agosto de 2018, entorno a las 17:50, en el módulo 17 de régimen cerrado, se sucedieron una serie de acontecimientos que pusieron en grave riesgo la vida de los funcionarios

que allí se encontraban realizando servicio y de los internos que cumplen condena en ese departamento. Desde esta sección sindical se entende que la satsfactoria resolución de los hechos sin que haya que lamentar ninguna desgracia, se debe a la buena actuación de los compañeros que se encontraban allí trabajando; a pesar de que las limitaciones de personal y medios inclinaban la balanza hacia un desenlace menos alentador.

Todo esto conduce a pensar que, de contnuar dichas limitaciones en el futuro y ante casos similares, el desenlace pudiese no ser tan halagüeno.

Los acontecimientos que se sucedieron en la fecha señalada y sus consiguientes situaciones de riesgo, achacables bajo el punto de vista de esta sección sindical, a la mala gestón de personal y

medios, son las que a contnuación se relatan:

El interno M. O. M. con régimen de vida 91.3, considerado de alta peligrosidad, solicita al funcionario que se encontraba en la cabina que le abra la celda para realizar una llamada telefónica, como viene siendo habitual en dicho departamento. Es en ese momento cuando el interno aprovecha la situación para prender fuego a su colchón cubierto de material infamable (papeles y ropa), contra la celda de la misma galería ocupada por otro interno M. S. A., con la intención, según verbaliza el primero, de intentar acabar con la vida del segundo por inhalación de humos.

Rápidamente el compañero que se encontraba en cabina, avisa a dos de los funcionarios que se encontraban por las galerías realizando el economato, para que se personen en el lugar de los hechos. El tercer funcionario de servicio en el módulo, se encontraba realizando labores de refuerzo para la supervisión de otro interno 91.3 de alta en el departamento de enfermería.

Es en este punto dónde nos encontramos con el primer problema de seguridad, achacable a la mala gestón y previsión de personal. No se entende como ante la escasez de personal en el módulo de aislamiento, puesto que tres funcionarios son insufcientes, se pueda prescindir de uno para labores en otro departamento. Se intenta hacer cumplir que sean tres los funcionarios que acompañen a un 91.3 en los desplazamientos fuera de su celda, mientras se incumple en el módulo que le es propio a este tpo de internos. También cabe destacar, que ambos funcionarios que permanecían en el módulo cerrado no son habituales y no cobran productvidad, y que no contaban con encargado, como viene siendo bastante habitual en este departamento y en varias guardias.

Contnuando con lo sucedido, una vez los dos funcionarios se personan ante el rastrillo de la galería, se encuentran, además de con una densa capa de humo y el peligro que para la salud esto

acarrea, a un interno armado con un pincho carcelario de considerable tamaño, que se encuentra en elevado estado de agitación y violencia, mientras amenaza a los funcionarios con matarlos si

entran para impedir que sus planes de acabar con la vida de M. S. A. lleguen a su fn. Debido a la mala colocación de las cámaras, que solo permite ver los pies de los compañeros a la entrada de la

galería, a la capa de humo que imposibilitaba la correcta visión, y la incomunicación por radio entre cabina y funcionarios de interior; por una ya conocida mala cobertura de la señal en esa zona

del módulo, el funcionario de cabina decide que la acción correcta es abrir el rastrillo.

Es aquí donde se da el segundo problema grave de seguridad, para nada achacable al compañero de cabina, puesto que cualquier decisión ante una situación donde la información con

la que se cuenta es tan limitada, puede llegar a ser tan acertada como equivocada. El problema parte, como es obvio, de la carencia de medios: una mala colocación de las cámaras, una mala

cobertura de las comunicaciones interiores y la carencia de monitores sufcientes que permitan visualizar a la vez todos los posibles focos de conficto sin necesidad de estar rotando las imágenes.

Una vez los compañeros se encontraron frente a frente con un interno califcado como altamente peligroso, armado y después de las amenazas vertdas sobre ellos, es evidente la gravísima situación de peligro y riesgo a la que se vieron expuestos. Aún así, gracias al buen hacer de ambos funcionarios, a su profesionalidad y a su labor de mediación, consiguieron que el interno se retrase a su celda. Indistntamente del buen desenlace para esta ocasión, una situación de peligro tal no puede volverse a repetr, ya que pudiese suceder que una correcta acción de mediación llegase a ser insufciente y en estos momentos pudiésemos estar lamentándonos de un fnal distnto, con tntes más dramátcos.

Una vez el interno es neutralizado, los funcionarios procedieron a sofocar el fuego, a retrar el colchón y a ventlar la zona, con el riesgo para su salud que esto conlleva, ya que tuvieron que ser atendidos en el departamento de enfermería por inhalación de humos, ya que presentaban signos de asfxia y mareos.

El tercer problema de seguridad, es la falta de formación contra incendios con las que cuenta el personal del centro, lo que provoca que expongan su salud y sus vidas, solo movidos por el ánimo de salvaguardar las vidas de sus administrados de la mejor manera que conocen.

Es por todo esto, por la que esta sección sindical solicita a la dirección del centro que se subsanen todas estas carencias, para que una situación de tal importancia y gravedad no pueda volver a repetrse bajo ningún concepto. No se puede poner en un situación de tanto riesgo a unos compañeros, puesto que cuando es evitable, como es el caso, no va incluido en el sueldo.

Y además se solicita el reconocimiento al buen hacer de los funcionarios, gracias a los cuales y en contra de su propia salud, ningún interno tuvo que ser atendido como consecuencia del
incendio, mientras nuestros compañeros siguen esperando que alguien de la dirección se comunique con ellos para preocuparse por su estado.


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