El Gobierno y el PSOE han llegado a un acuerdo para dar respuesta a los casos de aquellas familias que por extrema necesidad no puedan hacer frente a las facturas eléctricas y se vean privadas del suministro. Los socialistas hacen valer su condición de fuerza política determinante para conformar una mayoría que obligue al Ejecutivo del PP a modificar la que ha sido su posición hasta ahora, de forma que las compañías eléctricas no puedan cortar el suministro a aquellos usuarios que estén en situación de pobreza energética y a quienes los servicios sociales de los ayuntamientos o comunidades autónomas estén asistiendo. Esta es una medida muy adecuada para paliar aquellas situaciones de vulnerabilidad, de modo que ante el impago de los recibos, las eléctricas deban comprobar si el abonado está siendo atendido por los servicios sociales antes de proceder a cortar el suministro.
Podemos se ha mostrado muy crítico con el acuerdo entre PP y PSOE, que han calificado de “chanchullo”, pero el ministro Álvaro Nadal ha explicado que se propuso a la formación morada participar en la iniciativa, sin obtener respuesta. Y es que da la sensación de que Podemos no está por la labor de solucionar los problemas de los ciudadanos más desfavorecidos, sino de criticar permanentemente la acción de Gobierno y el apoyo puntual que proporcione el PSOE, al margen de si la iniciativa en cuestión es positiva o no lo es. Así, los de Pablo Iglesias se sitúan en una posición política en absoluto constructiva e incapaz de cooperar para sacar adelante medidas beneficiosas del interés general y de la gente que más está sufriendo.