www.canariasdiario.com

Libertad de expresión

Por Joana Maria Borrás
domingo 22 de mayo de 2016, 02:00h

Continúan los políticos empeñados en sus apariciones públicas. Ventaja al margen, para los que son mediáticos, no deja de sorprender que la gestión de sus múltiples áreas les permitan tanta comparecencia ante los medios, aunque, no quede otro remedio.

Hasta hace poco, las portadas de los medios de comunicación estaban saturadas de información que procedía, o bien de los distintos departamentos de prensa, adscritos a cada Administración, o bien de las portavoces de las diversas asociaciones, de toda índole, que trasladaban, al mismo tiempo que los primeros, la información relativa a su gestión y a los contactos mantenidos a nivel político.

Las versiones, entre unos y otros, distaban considerablemente a veces. Pero al finalizar la reunión el comunicado casi siempre coincidía, si habían conseguido pactar su contenido en el transcurso de la misma. Era la Era de la información controlada de forma escrupulosa.

Ahora las cosas han cambiado. Con la revolución en pleno frenesí, los políticos comparecen ante los medios, no sólo después de una reunión a varias bandas, previamente controlada en su aspecto mediático, sino que además, comparecen a pecho descubierto en cualquier programa de televisión de máxima audiencia.

Y claro, han dejado de jugar con la desventaja que suponía sólo poder informar en determinados momentos. Es cierto que esto conlleva varios peligros, entre ellos el hecho de que los más mediáticos utilicen, de forma sibilina, su don, en detrimento de aquellos a quienes les cuesta articular una frase correcta; y que, por otro lado, dejen de lado la gestión del día a día de sus áreas de gobierno, para preparar minuciosamente cada una de sus apariciones.

Pero la libertad de información encarna ese riesgo también. No hay libertad de información sólo desde la perspectiva de los medios, sino también desde la perspectiva de quien gobierna. Es sumamente importante que la realidad, la verdad de la gestión realizada, llegue a los ciudadanos a través de cauces distintos a los que han sido más limitados hasta ahora. Creo que es bueno que cualquier político pueda plantarse delante de un micrófono y explicar minuciosamente la gestión que está llevando a cabo, a la vez que creo constituye un gran avance que cualquier medio de comunicación pueda entrevistar, sin esperar a las antiquísimas ruedas de prensa, a quienes gestionan los intereses y el dinero público.

Los ciudadanos, beneficiados por esa extensión de la libertad de expresión, también debemos aprender a gestionar la información que se nos ofrece a diario. No es fácil después de tantos años de formalismos (hemos sido educados bajo un prisma informativo incompleto), acostumbrarnos a tener más datos de los que tenemos tiempo de procesar en un sólo día. Las nuevas generaciones ganan en ese aspecto. Para ellas será más normal ese debate intenso y esa disponibilidad de fuentes diversas y menos manipuladas. Es bueno que la libertad de comunicación se muestre en su expresión más amplia. Es la única forma de ser cada día un poco más libres.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios