El potente seísmo ha golpeado la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, provocando avisos de tsunami en Japón, Estados Unidos, Chile, Australia y otros países del Pacífico. Se trata de uno de los mayores terremotos registrados en la última década.
Un devastador terremoto de magnitud 8,8 en la escala Ritcher ha sacudido este martes la costa oriental de Rusia, con epicentro en el mar de Bering, a unos 120 kilómetros al sureste de Petropavlovsk-Kamchatsky, capital de la región de Kamchatka. El temblor, ocurrido a una profundidad de 20 kilómetros, ha obligado a activar la alerta de tsunami en varios países del Pacífico, incluida la costa oeste de Estados Unidos.
En Rusia, las autoridades regionales informan de daños materiales en infraestructuras y cortes puntuales de electricidad y comunicaciones, pero, por el momento, no se han registrado víctimas mortales.
El gobernador de Kamchatka, Vladímir Solodov, ha calificado el seísmo como “el más fuerte en décadas”, aunque ha asegurado que los servicios de emergencia están actuando “con rapidez y eficacia”.
El terremoto ha tenido un alcance internacional inmediato. En Japón, las autoridades activaron la alerta en varias prefecturas del norte del país y cancelaron trenes, ferris y vuelos. En Hawái, se han ordenado evacuaciones ante la posibilidad de olas de hasta tres metros. Chile, México, Perú, Ecuador, Australia, Nueva Zelanda, Filipinas y Canadá también emitieron advertencias a sus zonas costeras.
Aunque las primeras olas detectadas han sido de escasa altura —en torno a 40 centímetros en Japón—, el temor a réplicas y a un eventual tsunami más destructivo mantiene la tensión en los servicios de emergencia de medio mundo. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico sigue monitorizando la evolución de las mareas con “máxima precaución”.
El Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS) ha confirmado que este sismo se encuentra entre los más potentes de los últimos veinte años. Según expertos, podría equipararse en magnitud al terremoto de Chile de 2010 (8,8) y al de Ecuador de 1906.
Las réplicas no han tardado en llegar: se han registrado al menos una decena, una de ellas de magnitud 6,9. Se teme que puedan seguir produciéndose en las próximas horas.
En plena temporada turística en muchas zonas del hemisferio norte, especialmente en Asia y Oceanía, los países han activado protocolos de evacuación, cierres de playas y suspensión de actividades marítimas como medida preventiva.