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Canarias presenta un déficit en participación educativa
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Canarias presenta un déficit en participación educativa

Por Redacción
jueves 17 de julio de 2025, 15:30h
Más del 50% de los municipios canarios no tiene consejos escolares municipales activos. Es especialmente grave para los que tienen menos de 10.000 habitantes, que no disponen de ese órgano en el 67,39% de los casos.

Coincidiendo con el 40º aniversario de la incorporación de los consejos escolares en la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE), el Consejo Escolar de Canarias (CEC) presenta el Informe sobre participación e implicación de la comunidad educativa en Canarias: Realidades y propuestas. Este estudio ofrece un diagnóstico riguroso sobre la participación del alumnado, las familias y otros agentes educativos en los centros escolares del archipiélago.

Los datos muestran que Canarias mantiene un déficit en materia de participación escolar que afecta a todos los colectivos y áreas involucradas. En el 60% de las familias los padres y madres no acuden al centro en la misma proporción, siendo las madres quienes reciben esta responsabilidad en mayor medida. Por otro lado, nos encontramos con un bajísimo número de asociaciones de alumnado (quince).

Los consejos escolares municipales también afrontan dificultades notorias, ya que más del 50% de los municipios canarios no dispone de uno; lo que, sumado a la baja participación en las elecciones a los consejos escolares de centro, la sobrecarga de los equipos directivos y la falta de medios, hacen imposible una representación transversal adecuada.

El CEC insiste en poner en valor la importancia de los consejos escolares. Su presidenta, Natalia Álvarez, afirmó, durante la presentación realizada, que “sí funcionan cuando cada sector reconoce el derecho y la importancia de los demás en el gobierno del centro, cuando se consideran y se respetan todas las propuestas y cuando se trabaja sobre la base de hechos concretos”. “Los consejos escolares de centro constituyen el mayor esfuerzo participativo de nuestra sociedad. Hay más de 800 centros en toda Canarias y miles de personas elegidas como representantes”, destacó.

Defendió que la participación no surge de manera espontánea, sino que requiere una cultura y un proceso activo que comprometa a toda la sociedad. Por este motivo, el Informe incluye un listado de propuestas que fomentan la implantación y defensa de una cultura democrática que debe enseñarse desde la escuela y dinamizarse de forma compartida desde todos los ámbitos sociales e institucionales para la construcción de un futuro más justo, equitativo y participativo.

Algunos de los temas que trabaja este documento son la relación entre la implicación familiar y la desigualdad social; los consejos escolares de centro, municipales, comarcales e insulares; y la percepción del alumnado sobre las estructuras de participación, entre otros. Asimismo, se aborda la implicación en la elaboración normativa (a través del CEC y el Portal de Participación Ciudadana). En este sentido, se pide “mayor difusión en la participación normativa y el envío de resoluciones clave al Consejo Escolar”.

El informe fue elaborado por una comisión específica del CEC basándose en datos extraídos de la Evaluación de Diagnóstico en 6º de Primaria realizada por la Agencia Canaria de Calidad Universitaria y Evaluación Educativa del Gobierno de Canarias (ACCUEE) en el año 2022, así como aportaciones del conjunto de la comunidad educativa de las islas.

En la rueda de prensa intervinieron también la profesora de la Universidad de La Laguna y coordinadora de la comisión de realidad educativa del CEC, Carmen Nieves Pérez; y el asesor técnico educativo de este órgano, David Coiduras León.

Implicación familiar, desigualdad social y rendimiento académico

Los resultados de las pruebas regionales e internacionales siguen indicando una importante asociación entre factores socioeconómicos y culturales de las familias con el rendimiento académico del alumnado.

Los datos recogidos reflejan que las familias donde la madre lidera el seguimiento escolar y en contextos de menor nivel socioeconómico son las que más asisten al centro de sus hijos, al contrario de lo que sostienen algunos sectores del ámbito educativo.

En el informe también se observa que existen diferencias entre madres y padres en los patrones de asistencia al centro educativo para ver el desempeño del menor en la escuela. El 60% de los casos siguen modelos no igualitarios, es decir, que el padre y la madre no tienen el mismo grado de implicación. De estos, un 36% sigue un modelo materno, en el que la madre carga con la responsabilidad de acudir al centro. (anexos 1 y 2).

A su vez, la asistencia al centro está fuertemente determinada por el nivel educativo y ocupacional de los padres. Las familias con mayores recursos logran una participación más equilibrada, mientras que en los hogares de menor nivel socioeconómico se concentra la responsabilidad prácticamente en la madre.

Por tanto, la desigualdad social, de género y cultural afecta claramente a las posibilidades de apoyo escolar en el hogar, lo que debería convertirse en un elemento para concretar políticas de apoyo desde los centros escolares.

Asimismo, en la implicación escolar existe una retroalimentación en función de las necesidades y respuestas de los hijos e hijas. En hogares donde se identifican dificultades académicas o de comportamiento, las familias aumentan su asistencia a tutorías y buscan asesoramiento adicional.

Consejos escolares insulares: Solución para municipios pequeños

El estudio muestra que en el 67,39% de los municipios canarios de menos de 10.000 habitantes nunca se ha creado un consejo escolar municipal, o existe, pero se encuentra inactivo, a pesar de la obligatoriedad de su existencia. Esta cifra se reduce hasta el 28,57% en el caso de los municipios con más de 10.000 habitantes (anexos 3 y 4).

Por ello, entre las propuestas más destacadas del informe se encuentra aumentar la publicidad de los procesos de participación ciudadana relacionados con cambios normativos, así como un nuevo modelo para los municipios de menos de 10.000 habitantes, dotarles de recursos que faciliten la creación y funcionamiento de este órgano o suprimir la obligatoriedad de su existencia.

Además, se plantea regular su funcionamiento con parámetros comunes para garantizar la participación efectiva de todos los agentes de forma fija y periódica, y utilizar los consejos escolares insulares como órganos asesores en asuntos afectados por las particularidades de cada isla, como la gestión de comedores y transporte escolar.

Funcionamiento de los consejos escolares de centro

Estos órganos insulares y municipales no son los únicos que demuestran un bajo índice de participación. A pesar de ser obligatorios en todos los centros públicos, y tener varios miles de representantes elegidos cada dos años, las elecciones a los consejos escolares de centro también tienen una baja implicación; aunque los datos son algo mejores en Educación Infantil y Primaria (anexo 5), en los centros públicos, y en las islas de Fuerteventura, La Gomera, La Palma y El Hierro. Preocupa que las familias consideren que su participación en la gestión de los centros no es necesaria o efectiva.

Implementar un voto telemático, simplificar los procesos, y formar a las figuras representantes para mejorar la comunicación, son algunas de las propuestas del CEC para mejorar su funcionamiento.

Participación de familias y alumnado

La participación en las AMPAS es generalmente baja, aunque se destacan perfiles algo más activos en familias de centros públicos y/o migrantes de primera generación, madres con estudios primarios o en hogares con empleos de menor cualificación, lo que desafía los estereotipos de que las familias con menores recursos no se involucran.

Por otro lado, el asociacionismo del estudiantado también fue objeto de estudio. El 79% del alumnado considera que las personas jóvenes deben asumir tareas colectivas y un 77% que su participación en el aula y centro es importante. (anexo 6). Sin embargo, dudan sobre la valoración que los adultos otorgan a su contribución, lo que les puede frenar a la hora de participar (anexo 7). A este motivo se suman la falta de tiempo y reflexión previa, así como carencias en formación sobre derechos, deberes y normativa o una baja implicación de las familias (anexo 8).

El bajo número de asociaciones de estudiantes ha hecho que las federaciones de este sector no tengan actividad y todas sus funciones se concentren en la confederación autonómica Unión de Estudiantes de Canarias (UDECA).

Para incrementar la participación en este ámbito, el Consejo Escolar de Canarias propone implementar desde los niveles iniciales una metodología que fomente la participación, como asambleas o la coevaluación. También facilitar la creación de las asociaciones por parte de la administración evitando duplicidades y simplificando los trámites legales, incorporar la tramitación en la sede electrónica del Gobierno de Canarias y modificar la normativa para garantizar la participación de menores de 14 años.

Asimismo, incide en la importancia de aumentar la credibilidad de las Juntas de Delegados y Delegadas y el Consejo Escolar a través de a la efectividad de estos órganos, ya que una participación meramente formal puede provocar frustración y desconfianza respecto a las instituciones.

Para el CEC, es una prioridad establecer cauces de comunicación reglados en todos los niveles de los diferentes tipos de consejos escolares, facilitando la colaboración entre la Junta de Delegados y Delegadas, las AMPAS y las asociaciones estudiantiles, estableciendo a los centros educativos como mediadores. Para lograrlo, inciden en dotar de recursos y formación a todas aquellas personas que presiden los distintos órganos de participación para que puedan dinamizar este proceso en sus ámbitos de trabajo.

Otras propuestas

Para atender las necesidades detectadas en el Informe, el Consejo propone que la participación educativa sea impulsada por quienes lideran cada órgano (dirección, ayuntamientos o cabildos), siempre con los recursos necesarios para hacerlo posible. Advierte que la sobrecarga de los equipos directivos y la falta de medios son barreras reales, por lo que es clave planificar de forma realista. La participación, concluye el estudio, no surge por sí sola: necesita una cultura compartida que se enseñe desde la escuela y se promueva desde toda la sociedad.

Asimismo, insiste en fomentar la igualdad de género en el seguimiento educativo, impulsar la corresponsabilidad familiar y estudiar la relación entre género y rendimiento escolar. También plantea una mayor implicación de las familias mediante datos en evaluaciones y una gestión escolar más participativa.

Además, recomienda reforzar el apoyo extraescolar con entidades locales, mejorar los recursos del sistema para reducir la necesidad de recuperación y mantener actualizado el índice socioeconómico (ISEC) de cada centro.

Finalmente, propone como líneas maestras trabajar para fortalecer la autonomía de los centros, dinamizar los consejos escolares, simplificar elecciones, mejorar la visibilidad de asociaciones y promover la formación de quienes coordinan la participación. Todo ello para consolidar una cultura democrática real en la escuela.

Casi 35 años de informes sobre la realidad educativa

Con esto, el CEC suma una publicación más a su historial de informes que estudian la realidad educativa en Canarias presentadas en los últimos 34 años. El primero, presentado en 1991, se centró principalmente en el fracaso escolar y las opiniones del profesorado y las familias; y posteriormente se dio relevancia al contexto social como parte integral del análisis. De esta forma, los informes de 1996, 2011 y 2013 analizaron con mayor detalle el papel de las familias en los consejos escolares de centro, el contexto poblacional y los niveles de escolarización, así como la relación entre variables económicas y educativas, además de incorporar las recomendaciones del Consejo Escolar de Canarias.

El informe de 2020 y, especialmente, el de 2023 marcan un giro hacia una perspectiva más inclusiva y equitativa. Fue la primera vez que se estudiaron en profundidad datos sobre la atención a la diversidad, los servicios y la implementación de programas que fomenten la equidad. Este enfoque refleja la consolidación de una visión educativa que, sin abandonar los diagnósticos tradicionales, aspira a construir un sistema más justo y accesible para toda la población de las islas.

Con este nuevo informe en 2025, el Consejo Escolar de Canarias no solo ofrece un diagnóstico riguroso sobre la participación educativa en el archipiélago, sino que proporciona una herramienta clave para impulsar políticas más inclusivas y eficaces, acercando la realidad de los centros a la ciudadanía y sirviendo de guía a los organismos educativos para seguir construyendo, entre todas y todos, una escuela más participativa, democrática y sensible a las necesidades del alumnado y sus familias. Como añadido, y coincidiendo con el 40º aniversario de la incorporación de los consejos escolares en la LODE, este documento supone también una oportunidad para reflexionar sobre los avances logrados y los retos aún pendientes en materia de participación.

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