No hace mucho tiempo, en octubre y diciembre 2024, les escribía sobre EL INFORME DRAGHI el cual sugería un endeudamiento significativo aproximadamente de unos 800.000 millones de euros con objeto de que la UE pudiera competir con potencias económicas como EE. UU. y China.
Más recientemente, a tenor de los últimos acontecimientos OTAN, ha surgido distinta Propuesta por parte de la presidenta de la U.E. consistente en “rearmar Europa” por unos 900.000 millones de euros.
La simple exhibición de dichas sumas vuelve a acrecentar las incertidumbres y a alejarnos de una disciplina fiscal y equilibrio económico ansiosamente buscados por la Institución.
Este autor seguidor del “pensamiento cartesiano”, es decir, pretender ser cuidadoso, partiendo de la premisa de que se puede dudar de absolutamente todo: Los sentidos, la ciencia e incluso la propia razón, pueden ser en realidad una ficción en manos de los políticos.
Una de sus frases del filósofo. colindante con lo anterior podría ser: “Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro”.
Y es que, sin alejarse demasiado, bajo el “paraguas de la U.E”, un Medio de tirada nacional, (autora Claudia Cid), hemos observado días atrás, un reportaje referente a: Informe de la Fiscalía Europea, citando que, a finales de 2024, existían en curso en el total de la Unión 2.666 investigaciones, un 38 más que el año anterior, por un daño estimado de 24.800 millones de euros –un 22,5 % más que en 2023-.
Totalmente de acuerdo en que no serían totalmente correctas las comparaciones, pero, como en el ejemplo anterior, surgen otros muchos financiamientos y/o coordinaciones de la U.E, y, en los cuales se observa un considerable porcentaje relativo a la metáfora de la “manzana podrida”, y un servidor se remite a los anales de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF).
Legítimo pues que la sociedad se alarme de la deriva que puedan tomar estos supuestos de enormes nuevos endeudamientos, junto al riesgo y posibilidad de que grandes sumas de dinero sean propiciatorias en corrupción y su repercusión inequívoca en las economías de los Estados Miembros y sobre todo, en los bolsillos de sus ciudadanos, conocidos otros antecedentes y umbrales de pobreza.
CONCLUSIÓN:
El autor se pregunta si no comienza a ser necesario la búsqueda de otras opciones de modelos de redimensionamiento que se ajusten a nuevas prácticas/nuevas realidades ante la diversidad de acontecimientos que pueden afectar en distintos grados a los E.M.
Resulta duro pero realista, reconocer que la Historia nos muestra como las soluciones y cambios necesarios respecto a mentalidad sobre problemas estructurales tal y como fraudes, malas praxis en gestión de fondos, etc. tardan demasiado en llegar convirtiéndose en cosas normales a ojos de un sistema cada día más estabulado y manipulado, resignándose a dirigir con demasiadas flexibilidades.
No creo que llegue a contemplarlo, pero ojalá el despertar colectivo llegue antes de que los excesos económicos nos pasen una factura demasiado alta.